Según el Documento Introducción al Mutualismo de Adalberto Rodríguez (Editorial Frente y Dorso, 1987), el mutualismo es un sistema solidario, que presupone una interacción grupal con objetivos de ayuda recíproca.

De allí que no debe extrañar, la existencia de organizaciones nacidas para brindar servicios que, aunque no sean los tradicionales del sector, comparten la tarea orientada a la ayuda entre los segmentos más vulnerables de la sociedad, bajo la figura jurídica de una mutual.

Es el caso de la Carlos Mugica, de la capital cordobesa, que encontró en esta figura de mutual, el tipo de organización más adecuado para emprender un trabajo cercano a los denominados sectores populares y carenciados.

Más conocida quizás por haber fundado la radio comunitaria La Ranchada, se trata de una mutual involucrada en temas sociales profundos, que se expone públicamente y actúa como una entidad militante participando activamente en movimientos como el de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular.

El titular de la mutual, Marco Galán, expuso en una entrevista para Prensa con Opinión, un resumen de sus orígenes y presente,  y una mirada propia sobre la posición del mutualismo en la cosa pública.

“La mutual Carlos Mugica surgió en el año 1987, a partir de un grupo de estudiantes universitarios, militantes que estábamos en los barrios, vinculados a algunas parroquias, que decidimos constituir un grupo para trabajar en las villas de Córdoba, promoviendo lo que era una organización comunitaria, vinculada a temas como la tierra, la vivienda y la salud. En ese marco fuimos madurando la idea de constituirnos en una forma jurídica que nos contuviera y encontramos en ese momento algunas mutuales villeras: la Mutual de la Chacra de la Merced y de Yapeyú, por ejemplo. Tratamos de identificarnos con esa figura jurídica que había elegido ese sector social, porque el mutualismo nos ofrecía un objeto muy amplio; nos permitía hacer distintas acciones, a nivel de salud, vivienda, y servicios. Entendíamos que era una forma comunitaria de organización, ya que las mutuales,  a lo largo de la historia justamente habían surgido desde los sectores más excluidos para prestar sus servicios. Y la mutual Mugica en ese sentido fue pensada no tanto para prestar servicios a sí misma, sino para prestar servicios a los sectores populares con los cuales nos estábamos vinculando, que eran los sectores más débiles, más pobres.

“De a poco fuimos armando una estrategia de gestión. Nos acompañó la Orden de La Merced en su momento para gestionar fondos en algunas agencias católicas alemanas. Con algunos recursos, ya en el año 1989, pudimos generar una radio, la radio comunitaria La Ranchada. Pensábamos que había que tener una forma de comunicación para que la gente pudiese hacer visible lo que hacía, que pudiera haber un medio que mostrase a los villeros, a los más pobres. Fue la primera radio comunitaria, la primera barrial, que podía hacer otro tipo de comunicación, que tenía más que ver con un derecho y con mostrar otras realidades, como la que vivían los sectores más pobres. Una radio donde la gente pudiese hablar y más que enviar un saludo, pudiese hacer un reclamo, hacer una denuncia, que pudiésemos visibilizar situaciones que no mostraban los medios más comerciales. No mostrar los barrios nuestros desde el delito, la prostitución o la droga, sino mostrar lo que hacían las organizaciones, lo que generaba la gente a través de los comedores por ejemplo. Pensemos en ese contexto, en momentos de hiperinflación, con mucha desesperación, situaciones de hambre, un contexto muy difícil que se vivía. Era una radio muy activa, haciendo visible lo que pasaba, recorriendo las villas y los barrios populares. Y además era donde la gente se escuchaba, y donde ellos mismos podían hablar. No éramos nosotros los traductores de ellos sino que ellos podían hablar y manifestar lo que estaba pasando, sus aspiraciones, sus reclamos.

¿Esa tarea comunicacional, tenía efecto en los ámbitos oficiales?

Sí, en ese momento nosotros trabajábamos en la promoción de redes. Primero fue la Coordinadora de Villas y Barrios Carenciados; después de transformó en la Unión de Organizaciones de Base por los Derechos Sociales, que fue un gran movimiento en la ciudad de Córdoba que nucleaba a más de 70 u 80 organizaciones a quienes la radio acompañaba y hacía visible su proceso.  Eran grupos con mucha capacidad de presión, de gestión, de movilización, que terminó generando en Córdoba la Mesa de Concertación de Políticas Sociales, una experiencia del trabajo asociado entre el Estado y las organizaciones. Me parece que fue una de las especies más ricas, más interesantes de trabajo asociado. Ahí participaba nuestra mutual acompañando y apoyando esas organizaciones.

La radio salió al aire cuando aún estaba prohibido que las organizaciones sin fines de lucro tuviesen un medio…

Estuvimos mucho tiempo en situación irregular, informal, salíamos con permisos provisorios. Hasta que decidimos presentar un recurso de amparo, patrocinado por Miguel Rodríguez Villafañe y llegamos a la instancia de la Corte Suprema de Justicia. Nosotros pedíamos la inconstitucionalidad del artículo 45 de la Ley de Radiodifusión de la dictadura, que justamente impedía que las organizaciones sin fines de lucro, como mutuales y cooperativas, pudieran ser titulares de licencias de radiodifusión.  Ese fallo salió en septiembre de 2003. Fue como una ruptura, fue el primer fallo de inconstitucionalidad de esa ley, que abrió las puertas para que se considere al sector de la economía popular y solidaria como titulares del derecho a los medios de comunicación.

Ya que lo menciona, ¿qué diferencia hay entre Economía Popular y Economía Solidaria?

La Economía Popular es un poco más amplia; incluye a la Economía Solidaria. La primera agrupa a experiencias asociativas que no tienen forma de cooperativas o mutuales; se trata del trabajo que se genera en los sectores populares como estrategia de supervivencia.

Nuestros intereses están ligados a lo que pasa con estos sectores; la estrategia que tenemos con estos sectores populares. Porque entendemos que el proceso generado desde la revolución tecnológica, ha ido excluyendo masivamente  a un sector de la población. En este sentido hay que pensarlo como un sector que tiene que desarrollarse, consolidarse, organizarse ante el Estado y ante los grupos económicos, propiciando políticas públicas que permitan el desarrollo de ese sector. Y lo vemos también como parte de la Economía Solidaria. Creemos que tiene que haber un puente y un empezar a redescubrir por parte de esa economía solidaria más tradicional si vale la palabra, que tiene muchísima tradición en organización en Argentina, que tiene que ver con las cooperativas, con el sistema del mutualismo, y que también en ese sentido tiene mucho para hacerse de manera articulada y mancomunada porque pertenecen a un mismo sector.

¿El mutualismo argentino debería tomar posición frente a problemáticas más amplias?

Yo creo que sí. La función del cooperativismo y el mutualismo debe pensarse en el marco de cuál es el país en qué quiere vivir. Quienes forman parte de las mutuales y cooperativas son trabajadores centralmente. Y no es lo mismo el desarrollo de un país con inclusión social, con consumo interno que se expanda,  con un Estado que garantice derechos, a un país que achique el poder adquisitivo de los sectores populares y de los trabajadores. El mutualismo no debería estar al margen de esos debates, porque también acá se corre la suerte de la calidad de vida de los sectores que representa el mutualismo. Si se empeora la calidad de vida de los trabajadores, obviamente  que también se debilita el sector. No se puede pensar un modelo de desarrollo de la economía social fuera del modelo de desarrollo de país.

Los modelos neoliberales, ¿no se llevan bien con sectores como el mutualismo?

No, porque justamente el mutualismo genera una forma de relación, de producción, de distribución, que no tiene nada que ver con la competencia sino más bien con la solidaridad, hacia adentro del sector, pero también hacia otros sectores. Y eso rompe definitivamente con el modelo neoliberal, que está fundado en el mérito, en las capacidades individuales, como si todos hubiésemos partido de una misma línea, cuando en realidad no es cierto. La igualdad de oportunidades no existe, por lo tanto, hablar de méritos en esas condiciones, hablar de meritocracia y de que todos tenemos las misma oportunidades, es una gran falacia. Entonces el mutualismo, de alguna forma choca, por su práctica, por sus valores, por su historia. Y obviamente creo que el mutualismo se ha sentido mucho más cómodo cuando ha habido gobiernos de sesgo más popular.

¿Cómo es la estructura de esta mutual Mugica?

Trabajamos con el tema vivienda. Estamos desarrollando un loteo con servicios para sectores asalariados. Otros loteos en Río Ceballos en un trabajo articulado con la UEPC. Tenemos un servicio de generación de empleo para los socios. Proveeduría, con una mesa de soberanía alimentaria, donde articulamos a productores con consumidores sin intermediación. Y por supuesto el servicio de comunicación reglamentado también por el INAES.

En vivienda son alcanzadas casi 500 personas; en proveeduría hay cerca de cien socios que participan; en la generación de empleo unas 25 personas.

Y como parte de nuestros servicios, nosotros hoy trabajamos con cerca de 20 organizaciones en los barrios y en las villas de Córdoba; hemos promovido un movimiento social que lleva el nombre de Carlos Mugica, igual que el nombre de nuestra mutual porque nos referenciamos en él, con su historia, su compromiso, sus valores cristianos; su figura ha sido una inspiración para nuestro trabajo. Y en este caso, a esas organizaciones de los barrios y villas, les estamos prestando apoyo en tareas que tiene que ver con merenderos, comedores y en los servicios comunitarios que ellos mismos prestan.

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