LAS VARAS: UNA ENTIDAD CERCANA

El interior profundo está sembrado de pequeñas poblaciones donde todos se conocen, y cualquiera de los vecinos pasa en el momento menos pensado a cumplir funciones públicas, sean oficiales o privadas.

Franco Acevedo ocupa la presidencia de la Mutual del Granaderos Atletic  Club de Las Varas. Pero sobre todo, es un vecino más. Así lo viven él y los pobladores.

Pequeña pero consolidada, Las Varas no tiene más de mil quinientos habitantes, distribuidos entre su zona rural y el casco urbano que no pasa de las cincuenta manzanas. Erigido sobre la ruta 158 en la provincia de Córdoba, entre Laspiur y Las Varillas, el pueblo valora sus instituciones: Municipio, Cooperativa, Club y Mutual.

Con menos de cuatro años de existencia, Acevedo narra que a partir del cierre del único banco que tenían, y del éxodo de la filial de la Mutual Unión de Alicia, siendo presidente del Club Granaderos, despierta la idea de conformar una asociación que brinde los servicios con los que la gente no contaba. Es así, que junto al ahora presidente de la Cooperativa y el impulso dado por la mutual aliceña, se fue dando forma a la concreción de una nueva organización de servicios. Con el asesoramiento técnico de FEMUCOR, después de un año de preparación, se presentó a la comunidad la Asociación Mutual y Social del Club Granaderos, el 11 de agosto de 2014. En sólo tres años, la mutual compró el local abandonado del banco Macro y allí instaló su sede. Ya suman 500 socios.

El relato del presidente, se deja oír como quien escucha una historia.

“Empezamos con servicios muy básicos, como el cobro de la luz y del teléfono. Nos acomodamos en un pequeño espacio dentro del club y ahí funcionamos los dos primeros años. Entre nosotros, los que integramos la Comisión Directiva, pusimos nuestros ahorros para generar un fondo y con eso empezar a operar, cambiando cheques diferidos, haciendo préstamos de pequeñas sumas. Y después fuimos hablando con la gente, uno por uno, tratábamos de convencerlo de que abra una caja de ahorros”.

Como organización social, apoya económicamente a cerca de diez instituciones de la localidad. Por el momento, aportes en montos iguales para las escuelas, jardines, policía, entre otras, con dinero en efectivo para que cada una de ellas compre lo que le haga falta.

Y por supuesto al club, a donde asisten unas 150 personas que practican fútbol mayor, infantil, bochas y patín. Aquí se vienen ejecutando una serie de obras para mejorar la infraestructura, reparaciones y mejoras, por un valor que supera los dos millones de pesos.

“Como ex dirigente del Club –dice Acevedo- puedo decir que nunca hubiésemos podido arreglarlo si no existiera una mutual que le aporte”.

Desde hace menos de un año, en su sede abrieron una proveeduría, donde venden artículos en doce cuotas con una tasa de interés muy reducida y competitiva. El origen de este servicio fue una anécdota para el presidente.

“Un día vino una señora a decirme que quería comprar una heladera. Y yo le expliqué que la mutual no vendía, que en cambio sí le podíamos prestar el dinero para que la comprase. Y mientras estábamos haciendo la gestión del crédito, pensé en que si la gente lo pidió, sería una buena idea poner una proveeduría propia y que compren acá esos artículos que necesitan”.

La clave en esta mutual, parece ser esa condición de vecindad, que hace que las personas de una comunidad, con sólo manifestar su deseo, su necesidad, encienden las alertas para que la dirigencia de la asociación empiece a buscar las formas de satisfacer.

Por eso la Comisión Directiva, detecta con facilidad las demandas. Desde ahí, comparten ideas, construyen sueños y elaboran planes para concretarlos.

Por ejemplo, en Las Varas la gente no tiene a dónde cobrar sus haberes; debe trasladarse a Las Varillas. Así que ya se está trabajando para tratar de instalar un cajero automático para que al menos jubilados y pensionado puedan hacer sus extracciones sin tener que trasladarse.

Un hogar para ancianos y un servicio de salud, también están en la lista de deseos de la mutual. Eso sí, en conjunto con la Cooperativa y el Municipio, porque Acevedo confía en la efectividad del trabajo asociado.

“Yo siempre converso y digo que debiéramos unirnos los tres, como lo hicimos el año pasado para festejar el centenario del club y que fue una experiencia exitosa. Y lo mismo para hacer todo lo que al pueblo le esté faltando. Esta vocación la gente la entendió rápidamente, y por eso confía en nosotros. El dinero de la mutual no es nuestro, lo que se genera es para el pueblo. No tiene sentido que una Comisión tenga guardado un montón de dinero con el que no se haya hecho nada”.

La confianza de la que habla el presidente es más fácil en los pagos chicos. Por eso mismo de que el rostro y la vida de un dirigente es visible para todos los demás. Es la cercanía, es saber que un vecino puede ir a golpearle la puerta de su casa, porque da lo mismo eso, que ir a la sede de la mutual. Nunca es sencillo dirigir una entidad, cualquiera sea su naturaleza; pero el acto de cubrir demandas –expuestas o silenciosas- anima a la continuidad. Tiene razón Franco Acevedo cuando reflexiona:

“Siempre pensé que iba a ser mucho más fácil esto. Lo que sí me doy cuenta con el paso del tiempo es que no podemos quedarnos con esto, tenemos que seguir, tenemos que ir por más”.

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