Alejo D’Amico es quien está a cargo de la Sección Registros y Sistemas de la Subsecretaría de Cooperativas y Mutuales de la Provincia de Córdoba, además de docente en la única carrera terciaria sobre esta disciplina que se dicta en la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano. Desde hace varias décadas cumple funciones  en el ámbito oficial que interviene en temas de organizaciones de la Economía Social y Solidaria, lo que le permite posicionarse como un experto de consulta en la materia.

Su área se enfoca en la promoción del sector cooperativo y mutual, teniendo como principal misión, la asistencia formativa y capacitación para quienes se asoman  a la creación de este tipo de entidades.

Así lo establece la Resolución 2037/2003 del INAES, por la que se exige a todo grupo que quiera constituirse, una previa capacitación para tomar acabado conocimiento del funcionamiento de una cooperativa o mutual, y asumir la condición de que debe brindar servicios a quienes se asocien y no perseguir fines lucrativos.

La Sección de Registros y Sistemas, da cursos permanentes a quienes lo soliciten, tanto en Capital como en el interior, llegando en este momento a brindar un promedio de cuarenta capacitaciones por mes.

Un dato no menor, es que la mayoría de las consultas, provienen de grupos interesados en conformar cooperativas de trabajo. D’Amico explica algunas de las razones de esta demanda, que se registra desde los sectores más desprotegidos: “En el interior, los municipios ocupan a personas para diversas tareas de obras o mantenimiento, y advierten la necesidad de formalizar de alguna manera esa dinámica. Entonces se apela a la posibilidad de constituirse en cooperativa, lo que le da un marco legal y regular a las contrataciones, la gente ya puede hacer sus aportes previsionales, tener una obra social, y además la posibilidad de abrir sus servicios a otras empresas o comunidades vecinas.

“Acá vemos mucha gente con un oficio o habilidad, pero eso no le es suficiente para insertarse en el mercado laboral; entonces deciden agruparse con otros pares para poder trabajar mejor, porque la cooperativa le permite tener mejores mercados. Tenemos casos de gente que ya está trabajando, por ejemplo un grupo de costureras que ya está en actividad, pero advirtieron las limitaciones por un falta de respaldo organizacional”.

El capacitador también da cuenta que, aun una vez conformadas las organizaciones, siguen recibiendo asistencia en cuanto a las formalidades de funcionamiento, por ejemplo, confección de actas, rúbricas de libros a llevar en la gestión y otras consultas sobre la documentación requerida por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social.

Respecto al seguimiento por parte de la Provincia en el accionar de las entidades, D’Amico incursiona en la historia del sector para aclarar por qué esa tarea no la ejerce el organismo: “Desde 1973, al dictarse los decretos leyes 20321 para mutuales y 20337 para cooperativas, el Estado Nacional se arroga para sí el poder de policía para el control y fiscalización de las instituciones. Eso porque pensaban que, dados los principios y funcionamiento democrático de las organizaciones, resultaban riesgosas a la seguridad nacional, y por lo tanto había que tenerlas bajo vigilancia y control, lo que daba cuenta del desconocimiento que tuvieron esos gobiernos sobre la historia del mutualismo y cooperativismo. Desde ese momento, las provincias perdieron la facultad de contralor a las entidades. Hoy, es el INAES el único ente que puede dar o quitar matrículas”.

Aunque nadie se explica por qué el organismo oficial que atiende cuestiones vinculadas al sector de la Economía Social en la provincia de Córdoba dejó de estar bajo la órbita de Acción Social y pasó a depender del Ministerio de Industria Comercio y Minería, resulta saludable advertir que cada vez son más los que acuden pensando en el asociativismo como una posibilidad, como una herramienta que contribuye al desarrollo.

ESCRIBANOS UNA RESPUESTA

Por favor escriba su comentario
Por favor ingrese su nombre acá