Foto: Agencia Télam

Por el Dr. Alberto Chichilnitzky (*)

Hace pocos días el Banco Central de la República Argentina (BCRA), publicó el informe denominado “Relevamiento de Expectativas de Mercado” más conocido como REM. Este informe es elaborado por un conjunto de analistas especializados, locales y extranjeros, sobre la evolución de variables de la economía argentina que recopila dicha entidad.

La gran mayoría de los encuestados se enrolan en una línea de pensamiento concordante con la visión del gobierno nacional, por lo cual, lo que generalmente se puede apreciar, es que los pronósticos tienen un hilo conductor en donde hay un sesgo cuanto menos optimista en estas expectativas.

En efecto, a lo largo de 2018 hemos podido apreciar cómo los pronósticos no pudieron anticipar ninguno de los hitos más relevantes y negativos del año pasado, cual fue por ejemplo la brusca depreciación de nuestra moneda.

En el informe recientemente publicado podemos apreciar las proyecciones para una serie de valores clave de la economía:

Inflación: 28,7% para 2019, 19,9% para 2020 y 15 % para 2021.

Producto Interno Bruto (PIB): caída del 1,2%  para 2019, y crecimiento del 2,5 % para los años 2020 y 2021.

Tasa de Interés de las LELIQ: la tasa con la cual el BCRA remunera los encajes bancarios se prevé que inicie el año en el 57 % anual para descender gradualmente al 38 % en diciembre de 2019.

Valor del dólar: se estima en $ 39,30 por dólar al inicio de 2019 y  de $ 48,30 en  diciembre,   en tanto que para diciembre de 2020 se lo estima en $ 55,90 por unidad.

Déficit fiscal: el déficit fiscal primario (esto es antes de computar el pago de intereses de la deuda) se estima que cerrará en $ 40.000.- millones en 2019 y un superávit de $ 170.- mil millones para 2020.

Repasando este conjunto de valores y considerando el bajo grado de acercamiento a la realidad que han tenido los pronósticos anteriores, consideramos pertinente formular las siguientes observaciones:

Inflación: consideramos probable que la estimación es más un piso que un techo, especialmente si consideramos el fuerte arrastre estadístico que deja 2018 a lo que se suma un hecho objetivo como es el nuevo aumento de tarifas que impactará significativamente en los ingresos del conjunto de la población y el costo de las empresas.

PIB: la caída está por debajo de la prevista por el FMI (-1,60 %) y considerando la evolución reciente del consumo y las fuertes caídas de actividad en la industria, lamentablemente es probable que este valor sea superado. Hacia adelante las consultoras que han intervenido en el relevamiento prevén un crecimiento sostenido del 2,50 % anual para 2020 y 2021. En nuestro país hemos podido observar evoluciones de este tipo en el pasado en donde luego de una crisis aguda se suceden períodos de fuerte crecimiento en la economía. Sin embargo es de notar que estos procesos de crecimiento se dieron en contextos en donde primó la decisión política de cambiar el rumbo de la economía en aspectos claves como el grado de apertura al exterior, la protección de determinados sectores económicos que son empleo-intensivos, el tipo de cambio, entre otros factores; hecho que consideramos de muy baja probabilidad si se continúan aplicando las políticas que nos han conducido al escenario actual con una aguda caída de la actividad, del consumo y un crecimiento muy significativo de la deuda externa.

La evolución de las tasas de las Leliq en los valores que están proyectados no constituyen un aliciente a la producción sino que, por el contrario, no harán más que profundizar la situación que estamos viviendo actualmente, especialmente en lo referido al acceso al crédito por parte de los individuos y de las empresas.

El valor del dólar está previendo una devaluación del 23 % para 2019 y del 16 % para 2020, ambos valores por debajo de la inflación proyectada lo cual está anticipando un retraso del tipo de cambio real, con las consecuencias que este tipo de hechos normalmente produce en la Argentina.

Finalmente, en cuanto a las proyecciones del déficit fiscal, no vislumbramos que puedan ser cumplidas dado que la retracción de la economía genera menos recaudación para el Estado y, un menor ritmo de crecimiento para 2020 y 2021 empeorará casi con seguridad las cuentas nacionales.

¿Por qué debemos interesarnos en estos números? ¿En qué nos impacta su cumplimiento o su no cumplimiento? El tema es que todos nosotros, individuos, Entidades de la Economía Social y empresas en general tomamos decisiones a cotidiano en base a nuestras expectativas y a lo que podemos apreciar en los distintos medios de comunicación que consumimos.

Debemos ser entonces muy prudentes en nuestras decisiones no confiando ciegamente en los pronósticos que se difunden habitualmente, procurando escuchar otras voces y llegar a nuestras propias conclusiones basados en la realidad que nos circunda.

(*) Docente en la Diplomatura en Administración Financiera para Mutuales. Capacitador, auditor y asesor de entidades financieras.

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