Luis Gisbert, asesor de la Mutual Hospital Italiano, asegura que la entidad tuvo un crecimiento exponencial en los últimos años

Los datos de la macroeconomía demuestran de manera alarmante cómo los jubilados, aunque estén bajo la cobertura de su obra social, no pueden acceder a todos los medicamentos necesarios, porque el PAMI redujo el listado de aquéllos que tenían 100 % de cobertura, y porque los valores de los productos se han incrementado de tal modo que escapan a la capacidad de compra del jubilado o pensionado. Por supuesto, el resultado de esa sencilla ecuación es el deterioro en las condiciones de salud de la clase pasiva.

En este contexto, la Mutual del Hospital Italiano refuerza sus servicios a uno de los sectores sociales más castigados en estos tiempos  de inflación descontrolada y caída del poder adquisitivo.

Con cinco farmacias propias y una decidida política de compras directa de gran volumen a los laboratorios, la entidad promueve al asociado que abona su cuota mensual, cubriendo el porcentaje que el PAMI deja a cargo del afiliado. Es decir, si el jubilado o pensionado debe adquirir un producto que goza de un descuento del 80 o el 40 %, la organización mutual se hace cargo de la diferencia, y el asociado no abona ningún concepto. En las farmacias, se expiden medicamentos éticos, o sea, de marca reconocida y no genéricos.

Además, la mutual del establecimiento hospitalario, también brinda un servicio de salud complementario, permitiendo que el afiliado a PAMI  y APROSS amplíe su atención médica,  ampliando las prestaciones limitadas por la obra social en determinadas especialidades o tratamientos.

El asesor de la entidad mutual, Luis Gisbert, lo sintetiza de esta manera: “Nosotros tenemos servicios de farmacia, óptica y salud parcial, acotado a lo que nos permite la ley de medicina prepaga. El trato que hacemos directamente con los laboratorios, nos permite avanzar con esta cobertura, en la que la mutual se hace cargo del costo y así permitir que el asociado se lleve cualquier medicamento recetado sin ningún otro costo que la cuota social mensual. Es una manera de contribuir con los jubilados, sobre todo en estos momentos cuando los productos medicinales han registrado un aumento notable que se resiente sobre los ingresos. Y en cuanto al servicio de salud, aquí el socio recibe más prestaciones de las que el PAMI o APROSS le autoriza. Nosotros entendemos que una mutual debe contribuir al bien social; si gozamos de exenciones impositivas, debemos volcar esa ventaja en la comunidad”.

Este concepto que enuncia Gisbert, hace referencia a otras acciones de relevancia que emprende la mutual, como es el convenio celebrado con el Centro Vecinal de barrio General Paz, por el que los vecinos gozan de los descuentos en farmacias y óptica, con el mismo tratamiento de socios aunque no lo sean. O las contribuciones regulares y continuas al Centro de Jubilados de ese enclave del este de la ciudad, o el apoyo reciente a la joven ciclista cordobesa Carolina Reppetto, quien en estos días está compitiendo en Sudáfrica y llevando como estandarte de campaña la concientización sobre la enfermedad conocida como “piel de cristal”.

La organización mutual del Hospital Italiano, enmarcada bajo las premisas de la Economía Social y Solidaria, ejerce su tarea no sólo dedicada a la masa societaria que contiene con sus servicios, sino también volcando beneficios hacia la comunidad, como un modo de reconocimiento al entorno social donde está inserta.

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