ENTIDADES SOLIDARIAS, LAS MÁS CREÍBLES

Una encuesta recientemente producida en la ciudad de Córdoba, arroja como dato que las cooperativas y mutuales son las instituciones que más confianza generan sobre la población. La información se desprende de un trabajo realizado por la consultora Explanans, con un trabajo de campo presencial con encuestadores.

En la cartilla, se incluyeron preguntas para detectar la percepción que tiene la sociedad ante las instituciones más representativas. Se expusieron siete tipos de organizaciones: Iglesia católica, Policía, Justicia, Sindicatos, Medios de comunicación, Políticos y Cooperativas y mutuales.

El estudio arroja que las entidades de Economía Solidaria alcanzan un 39,7% de confianza; más de tres puntos por encima de la Policía, que registra 36,4%, y un poco más atrás la Iglesia católica con 35,7%.

Los datos también indican que el grado de desconfianza hacia cooperativas y mutuales alcanza el 35,8%, y las respuestas de indiferencia hacia el sector, es de 24,5%.

Sebastián Puechagut, director de la consultora, atribuye estos últimos índices a la escasa visibilidad que tienen las organizaciones: “Más que indiferencia es desconocimiento; es más fácil tomar posición sobre algo que se conoce. Este trabajo fue como una foto que tiene la gente hacia el sector, sin importar tanto el conocimiento que tenga; es la imagen mental de adhesión o rechazo que puede generar”.

En el análisis sobre el resultado que pone a las entidades a la cabeza en el nivel de confiabilidad, por sobre otras instituciones más expuestas, el asesor explica: “El sector trabaja en una serie de principios éticos, de valores solidarios y con raigambre territorial, más allá del bombardeo de noticias sobre mutuales que no hacen bien su trabajo. La gente ha perdido la confianza en corporaciones como la política y la justicia. En cambio la Iglesia por ejemplo, es de las instituciones que le dan alguna previsibilidad al ciudadano, e idéntica sensación le genera la cooperativa o la mutual”.

La misma empresa consultora había realizado hace un año y medio atrás, un relevamiento más específico sobre el conocimiento de una determinada organización de la Economía Solidaria, y el resultado había arrojado que un 80% de los encuestados desconocía a la institución. Si bien no puede hacerse un paralelismo entre aquélla y esta encuesta, se presume que en este último tiempo el sector ha dado algunas señales en su penetración social, para que hoy el grado de indiferencia –o desconocimiento- esté en un 24,5%.

Puechagut considera que ese es el núcleo sobre el que hay que trabajar: “Hay que elaborar estrategias sobre esa indiferencia; más que visibilidad hay que darle posicionamiento al sector. La visibilidad la puede dar una noticia negativa, pero en términos del marketing clásico, el posicionamiento es el lugar que ocupa un producto en el mercado de competencias. La indiferencia se trabaja cuando se puede dar una posición clara, que se pueda diferenciar de otras y darle una identidad propia. Es decir, hay que ver dónde quiere el sector estar posicionado en relación a otros sectores, el comercial, el productivo, el agropecuario. Ver qué es lo que distingue a la economía solidaria de otros oferentes que brindan los mismos bienes o servicios”.

El estudio que arrojó resultados de valoración cuantitativa, se efectuó en la ciudad de Córdoba, sobre una muestra de 800 casos son selección aleatoria, a mayores de 16 años.

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