Un relevamiento llevado a cabo por la Confederación Argentina de Mutualidades, tradujo en cifras concretas, el aporte del sector mutual a las comunidades donde están radicadas. Los resultados, además del valor estadístico, clarifican algunos argumentos tangibles, útiles para demostrar la inconsistencia de pretender gravar con ganancias, a las entidades con servicio de ayuda económica.

El muestreo se hizo sobre 300 mutuales y 477 filiales, radicadas en el interior de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. Las instituciones prestan servicios de distinta naturaleza a un millón 800 mil personas, distribuidas en 500 localidades.

El saldo del informe, arrojó las siguientes cifras, tomando a las 300 mutuales en su conjunto, y considerando el aporte hecho a diferentes servicios durante un período anual:

a) $ 500 millones de a los clubes.

b) $ 420 millones a salud.

c) $ 170 millones a cultura y capacitación.

d) $ 80 millones a subsidios familiares (nacimientos, fallecimientos, etc.)

Sumados estos aportes, se observa que la transferencia de recursos obtenidos por el servicio de ayuda económica al resto de los servicios comunitarios, asciende a casi 1.200 millones de pesos.

La pretensión oficial al aplicar el gravamen de ganancias, arrojaría que este universo de entidades, debería tributar por 580 millones de pesos. Es decir, hoy por hoy, el mutualismo distribuye a la población más del doble de lo que el Estado quiere recaudar.

Pero para ampliar los datos emanados de este relevamiento, es necesario resaltar que, esas 300 entidades, abonan en concepto de masa salarial un total de 2.800 millones de pesos anuales, y asume una carga patronal por sus trabajadores de 800 millones en el mismo período.

Hablando de cifras, conviene recordar que el sistema mutual, es una fuente que ofrece 70 mil puestos de trabajo, de los cuales 12 mil son profesionales contratados como locadores de servicios y los 58 mil restantes son empleados de planta permanente. Esto, claro está, no contempla los miles de empleos indirectos que generan los servicios sostenidos por las entidades.

La posición inflexible del Ejecutivo Nacional tiene una razón: la recaudación desde todos los sectores posibles, para cubrir el déficit fiscal. El problema que asoma, es cómo cubrir un casi seguro déficit social, si las mutuales, dando cumplimiento a normas tributarias de las que hasta hoy están exentas, no pueden prestar más los servicios que se vienen sosteniendo con las utilidades de la ayuda económica.

Lo que parece un nudo gordiano, lo explicó días atrás el presidente de la Confederación Argentina de Mutualidades, Alejandro Russo. Fue al término de la Asamblea Anual Ordinaria de FEMUCOR, cuando expuso un detallado informe de situación.

En esa oportunidad, citó como ejemplo: “… una mutual del interior cuyo balance contable le arrojaba un millón y medio de pesos, luego de aportar tres millones al club y dos millones al sistema de salud. Quiere decir que ese balance arrojaba seis millones y medio, por lo que, el 35 % de ganacias sería de dos millones 200 mil pesos. Pero como el resultado contable era de un millón y medio, va a tributar sobre dinero que la mutual no tiene, porque ya la transfirió a los otros servicios”.

Esta claridad meridiana de Russo ante los asambleístas, es la que se está exhibiendo ante funcionarios de la Casa Rosada y parlamentarios que tendrán la facultad de decidir el futuro inminente del sistema mutual argentino. Habrá que esperar, a ver si la luz de las explicaciones, llega a cada banca.

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