Más de cincuenta chicos del Club Atlético de Villa Santa Rosa, en el interior de Córdoba, participaron de un certamen de fútbol infantil y juvenil a nivel internacional. Se trata del Mundialito de Talentos del Sur, que se disputó durante la primera quincena de enero, organizado por la Municipalidad de Nueva Imperial, en Chile.
Jugadores de entre 10 y 15 años de edad, regresaron a su pueblo con el título de campeón en la categoría 2006/07 y con el subcampeonato en las de 2002/03 y 2004/05.
La noticia excede el episodio deportivo en sí mismo, para dar lugar al testimonio que sugieren estos acontecimientos, en consonancia con la vigencia que tiene los clubes del interior provincial al ser sostenidos financieramente por una organización mutual.
Como se recordará, en diciembre pasado se desplegó una batería de datos ante más de un centenar de diputados nacionales, a fin de hacerles conocer las tareas sociales que desarrollan las mutuales, particularmente como apoyo de clubes, que no tienen ninguna otra manera de sostener su permanencia.
La participación de un puñado de adolescentes en un evento deportivo en representación de su comunidad, y viajando fuera de su región y de su país, puede hacerse cuando las condiciones que encuentran en su lugar de origen son las adecuadas para su desarrollo. Las instalaciones del Club Atlético, y el cuidado en el servicio brindado, son el marco de contención para los más de 600 deportistas locales, que practican distintas disciplinas, y que pueden exhibir –entre otras virtudes- una pista de patín artístico, valorada como la tercera más importante del país.
Para que el club de Villa Santa Rosa pueda alcanzar este nivel de actividad y participación, es imprescindible el aporte de la Mutual del Club Atlético.
Según explicó el gerente de la entidad, Elio Cháves, la Mutual aporta aproximadamente dos millones de pesos anuales al Club. Esta cifra permite sostener la infraestructura y el pago a los profesionales deportivos.
Como se sabe, la entidad no sólo aporta a las instalaciones y al desarrollo del club, sino también destina fondos a otros servicios de gran relevancia en la Villa, como salud y educación. Caben destacar en este punto, las completas y modernas instalaciones propias que pone la Mutual para el dictado de carreras de grado de la Universidad Siglo 21.
Los apuntes sobre esta realidad en una localidad del interior provincial, surgen desde el hecho noticiable de la experiencia y resultados de una competencia deportiva juvenil, de profunda importancia para sus protagonistas. Pero ese acontecimiento sirve como disparador, para seguir demostrando la casi vital acción desplegada por organizaciones mutuales en la comunidad. Organización en este caso, que luce un padrón de cinco mil socios fluctuantes, que abonan una cuota mensual de cien pesos, a cambio de la contraprestación de servicios esenciales, que difícilmente podrían satisfacer en otros ámbitos con ese valor de cuota.
Cuando todavía no se secó el sudor por la batalla de la Reforma Tributaria, y cuando siguen flotando las señales de algunos parlamentarios y funcionarios acerca de una revisión de la actividad financiera de mutuales, es necesario rescatar episodios como este, producidos desde un club del interior y asistido por una mutual, para recordar e insistir en la clarificación sobre la función social del mutualismo.
