En el departamento Río Segundo, sobre la ruta 19, se extiende en ambas márgenes el pequeño pueblo de Santiago Temple, con una población de alrededor de 3.000 habitantes. Como sucede en tantas comunidades del interior, por la necesidad de proveer servicios esenciales, se conformó la Cooperativa de Vivienda, Obras, Servicios Públicos y Sociales. Su primera misión fue el agua potable en todo su proceso: extracción, tratamiento y distribución.
Entre fines de 1979 y principios de 1980, nació la Asociación Mutual de Socios de la Cooperativa, a partir de la idea de brindar el servicio de sepelio, que por aquéllos años sólo podía ser prestado por sectores privados, y la figura de una entidad mutual era apta para tal oferta.
El vínculo directo entre las dos organizaciones, tiene una singularidad plasmada estatutariamente. Los miembros del Consejo Directivo de la Mutual, deben ser Consejeros de la Cooperativa, lo que permite que tanto los problemas, los planteos o los proyectos, sean temas comunes para todos.
Felipe Sabahini, es el gerente de la Asociación Mutual, y además cumple el rol de Delegado de la Unión de Mutuales del Interior Cordobés (UMIC) ante FEMUCOR. Conocedor del sector y de la historia de las instituciones de Santiago Temple, evoca parte del recorrido: “Los socios son el pueblo mismo de Santiago Temple. La cooperativa empezó brindando el servicio de agua, y después se extendió por impulso financiero de la mutual, a partir del servicio de Ayuda Económica, que nos permitió aportar para la creación de los servicios de televisión e internet”.
El Reglamento que permitió a la mutual operar con ahorro y préstamos, fue aprobado en el año 2000. Es decir, justo en vísperas a lo que fue la crisis de principios de siglo 21. Sin embargo, pese al escenario adverso, la entidad salió airosa de lo que fue una delicada situación. Sabahini lo resume, destacando la postura de los socios, que mayoritariamente confiaron en la mutual: “En ese momento, la gente nos apoyó. Sin problemas, hablamos con los ahorristas y aquéllos que pidieron la devolución, lo hicimos mediante acuerdos no traumáticos. A partir de 2003 comenzamos a tener años de prosperidad y seguimos el camino de crecimiento pensado y planeado originalmente. En 2005 ya tuvimos edificio para nuestra sede. Desde allí, la cooperativa empezó a tender los otros servicios generados por la mutual, pensados como aportes a la calidad de vida de la comunidad”.
Cuando se habla de servicios comunitarios, se puede tomar el ejemplo de la televisión local, cuyo valor de abono está casi por debajo de la mitad de lo que cobra una empresa privada, aun incluyendo a las transmisiones de fútbol dentro del paquete.
La presencia de la Mutual de la Cooperativa en su pueblo, se extiende más allá de las propuestas para sus socios. Mediante una suerte de bingo familiar, hay ocho entidades de bien público en Santiago Temple -entre ellas escuelas, centro de jubilados, parroquia, club- que reciben mensualmente un aporte de 20 mil pesos cada una. Esta contribución se efectúa a veces en efectivo, y otra en órdenes de compra, porque se concibe que de esa forma, también se dinamiza el comercio local.
Los proyectos a futuro de la entidad están en permanente acción. Algunos de ellos se destacan por el impacto que puede tener en la población. Un servicio de enfermería a domicilio, conjuntamente con la Municipalidad y una proveeduría de electrodomésticos. Además, hay un manifiesto interés desde el Ejecutivo local, para derivar a la Cooperativa la obra de red domiciliaria de gas. A través de la Mutual, el usuario puede recibir mejores condiciones de financiamiento.
Sabahini destaca las acciones de estas organizaciones por la confiabilidad que inspira en los vecinos: “Hay mucha confianza de la gente en que la cooperativa o la mutual pueden hacer las obras, porque saben que nosotros sólo somos administradores del dinero de la comunidad”.