La corrida cambiaria del día inmediato después a las elecciones P.A.S.O., derivó en otra fuerte devaluación de la moneda. La zozobra generada por los mercados financieros, impactó fuertemente no sólo en las finanzas públicas, sino también en el conjunto social, dentro del cual, están incluidas las organizaciones de la Economía Solidaria.

Aprovechando la visita a Córdoba del especialista Alberto Chichilnitzky en ocasión de una nueva jornada de la Dilpomatura en Gestión Mutual el pasado viernes, este portal lo consultó sobre la incidencia que puede tener esta situación en el sector que nos incumbe:

“Una nueva devaluación implica un deterioro de los salarios, el consumo se seguirá retrayendo, con lo cual se profundiza el sendero recesivo de la economía. Y esto también hay que tenerlo en cuanta en nuestro sector. Si hace una semana la tasa de Leliq estaba alrededor del 70%, hoy está en 74, o sea que si alguien va a descontar cartera, la tasa estará arriba del 100%, lo que provoca pérdidas muy fuertes. Hay proveedores que han tenido que liquidar cartera para poder cumplir con las obligaciones”.

-¿Estos episodios del mercado afectan los niveles de morosidad?

“Para que se den una idea concreta, en diciembre de 2017 la mora total del sistema estaba en un 2,70%, que ya venía creciendo en relación a 2016. En diciembre de 2018, ya era del 5%, y hoy, escasos meses después, según el informe del Banco Central, la mora total a mayo 2019 está en el 6%. Si lo miramos por sectores, la cartera comercial (las empresas) está en un 4,68%. Y uno de los grandes sujetos de crédito que tenemos en la Economía Social, que son los individuos, esa mora, la de individuos, está en el 7,36%. De ese 7,36, hay algo más de un 4% que están situaciones 3 y 4, es decir, personas que se están cayendo del sistema. O sea que, si a este contexto sumamos este trauma post electoral, realmente estamos en situación bastante complicada”.

-¿Tuvo noticias recientes del escenario que tiene las mutuales en estos últimos tiempos?

“El panorama en el sector mutual es dispar. De la gente con quienes tenemos contacto, hay pocas entidades que tienen la mora razonablemente controlada, pero conocemos que hay algunas que están cercanas al 10%, que es muy alto índice de morosidad. Eso requiere mucha refinanciación. Aquél que está operando con capital propio la está pasando mal, pero más o menos la puede atravesar. Los que están más complicados son los que se fondean en bancos o tienen alguna otra fuente de financiamiento porque la cartera se viene cayendo; es muy complejo. La cadena de pago se está rompiendo”.

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