El consultor y especialista Alberto Chichilnitzky, acerca a nuestros lectores un nuevo análisis de situación, a partir de datos emanados del Banco Central de la República Argentina. En su exposición, nuestro columnista invitado se refiere a la situación de morosidad en el sistema financiero formal, con un marcado crecimiento en los últimos dos años. La situación, según sugiere el especialista, amerita prudencia por parte de las entidades, a cuyo servicio de ayuda económica lo ubica en una “dura disyuntiva entre apoyar sectores de la producción y la necesidad de proteger su patrimonio”.

Escribe Alberto Chichilnitzky (*)

Más allá de las convicciones políticas que cada uno de nosotros pueda tener, hay datos objetivos de la realidad que nos hacen reflexionar sobre el momento que estamos viviendo no sólo a nivel personal sino también a nivel institucional.

En efecto, el profundo deterioro que ha experimentado la economía de nuestro país a partir del mes de abril de 2018, materializada en los picos inflacionarios y las abruptas subas del tipo de cambio, sin lugar a dudas han tenido un efecto devastador en amplios sectores de la producción y los servicios.

 Las Mutuales no han estado ajenas a esta realidad y la han padecido en carne propia al colocarse en la dura disyuntiva de apoyar a los sectores de la producción y los servicios con las ayudas económicas para que las unidades económicas puedan seguir con las puertas abiertas por un lado, y la imperiosa necesidad de proteger adecuadamente el patrimonio de las Entidades por el otro que, como siempre decimos, no son de la Entidad sino de todos los asociados.

 Como es nuestro estilo en esta columna que gentilmente nos ofrece Prensa con Opinión para poder expresarnos, más que declamar sobre esta situación expondremos a continuación el panorama que presenta la evolución de la mora en los últimos años de modo tal que, en base a estos datos objetivos, podamos tomar decisiones debidamente fundadas.

 En primera instancia repasaremos la situación de los deudores del sistema financiero entre diciembre de 2015 y diciembre de 2017:

 Fuente: Información de Entidades Financieras – BCRA                

Tal como se puede visualizar en el cuadro precedente, la mora total del sistema financiero se mantuvo alrededor del 2,50 % de la cartera total y, si bien el sistema financiero argentino en lo que hace a los préstamos a empresas e individuos nunca se caracterizó por su importancia relativa con respecto al PIB, vemos que los valores nominales de las asistencias crediticias aumentaron sin que se haya podido apreciar un deterioro en la cartera.

 Ahora bien, los profundos desequilibrios macroeconómicos provocados por el abrupto corte de la posibilidad de obtener financiamiento externo en el sector privado en marzo del corriente año, unido a la devaluación que se inició en el mes de abril, configuraron para amplios sectores de la economía nacional una doble pinza representada por la caída del consumo en el mercado interno y tasas de interés tremendamente elevadas, lo que se tradujo en un deterioro general de las carteras crediticias. Eso se ve reflejado claramente en el siguiente cuadro:

Fuente: Información de Entidades Financieras – BCRA  

Obsérvese que en la cartera comercial las financiaciones en situación normal están reflejando una mora cercana al 8 %, con una fuerte concentración en las situaciones 2, 3 y 4 que van de los 31 días a los 360 días de atraso, en tanto que los deudores irrecuperables, esto es los que registran un atraso superior de un año, pasaron del 0,32 % en la medición de la cartera total al cierre de 2017 al 3,05 % al corte de julio del corriente año.

 Si vemos la apertura de la cartera de consumo podremos apreciar el siguiente panorama:

Fuente: Información de Entidades Financieras – BCRA  

La mora total de esta cartera supera el 5 % del total de la cartera con similar concentración de la mora en las situaciones 2, 3 y 4; lo que está evidenciando que el segmento de individuos ha ido deteriorando su situación a medida que sus ingresos se fueron reduciendo progresivamente en el período analizado.

 ¿Qué hacer en estas circunstancias? Empíricamente la respuesta más inmediata es ser muy prudente a la hora de otorgar asistencias a la par de tratar de cubrir de la mejor manera posible las necesidades crediticias de nuestros asociados; pero siempre teniendo presente la preservación del patrimonio de la Entidad por lo menos hasta que las circunstancias macroeconómicas se modifiquen, la economía se reactive y a partir de este punto poder recomponer esta crítica situación.

(*) Docente en la Diplomatura en Administración Financiera para Mutuales. Capacitador, auditor y asesor de entidades financieras.

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