Uno de los grupos asociativos más importantes del país, el de Devoto, en la provincia de Córdoba, atraviesa en paralelo dos situaciones marcadamente diferentes bajo el contexto de retracción y crisis generalizada en el país.
Mientras los índices macroeconómicos marcan una capacidad ociosa de la maquinaria instalada en las industrias en alrededor de un 50%, y la mayoría de ellas ajustó su planta de personal al mínimo indispensable para dar respuesta a la escasa demanda de productos, y tratar de permanecer aun frente a los altos costos operativos, las fábricas cooperativas de envases plásticos y dulce de leche del Grupo, aumentaron su producción, trabajando 24 horas al día, durante siete y seis días a la semana respectivamente, incluso incorporando personal. Esto, a pesar que la compra de los insumos para la fabricación de envases, ingresaron a un escenario de dificultades, a partir de la devaluación y la variación en las condiciones de venta en las horas inmediatas posteriores a las P.A.S.O. del 11 de agosto.
Por oposición, el Servicio de Ayuda Económica que presta la Mutual del Grupo, se encuentra seriamente resentido por una multiplicidad de factores: el retiro de los depósitos por parte de los ahorristas, que prefieren sacar su dinero en pesos y transformarlos en dólares que la mutual no capta como ahorro; esta salida de capitales incide directamente en la ayuda económica, que se ha restringido sensiblemente y que obliga a la entidad a otorgar con cautela y analizando cada caso; aun así, se está incrementando el índice de morosidad, que la mutual está tratando de paliar extendiendo los plazos de devolución para el tomador de un préstamo, como modo de auxilio al asociado, sin que se corte el círculo del servicio.
Domingo Benso, vive día a día con estos procesos. Para la primera situación, la del fenómeno de continuar y aumentar la capacidad productiva, está convencido que “sólo el sistema cooperativo puede hace esto. Porque le damos prioridad al hombre, al trabajo, antes que al capital. Al no tener fines de lucro, bajamos nuestros excedentes. Esto a pesar que hemos tenido problemas con el plástico, cuyo proveedor es Pampa Energía, un monopolio que el lunes 12 de agosto dolarizó la lista de precios y con aumento del 5%, llevándonos a 2.022 dólares la tonelada; y además cambiando las condiciones: de pagar a 35 días, ahora debemos abonar anticipadamente y al contado, lo que nos produjo una sangría financiera terrible. Acá trabajamos con 300 toneladas de plástico, o sea 600 mil dólares, más el 21% de IVA, tenemos que enfrentar 726 mil dólares que tuvimos que pagar, mientras pagábamos la factura anterior. ¿Cómo lo hicimos?, liquidando un ahorro que estábamos haciendo para la compra de nueva maquinaria, y logrando que algunos clientes del exterior, de Uruguay, Chile, Bolivia y Paraguay, nos diesen anticipos por compras que nos hacen habitualmente. No pudimos hacer lo mismo con clientes nacionales, porque todos están con las mismas dificultades que nosotros.
“En lo que hace al servicio de ayuda económica, tenemos casos de ahorristas que están retirando su dinero y se pasan a dólares. Ahora bien, muchos de ellos ofrecen dejarlos en la mutual, pero nosotros no lo estamos recibiendo; no hacemos préstamos en dólares porque eso sería un perjuicio para nuestros asociados. Esto significa que sale mucho dinero del sistema, se va del circuito. Las ayudas que damos también entraron en una situación de dificultades de cobro, pero en general, estamos extendiendo los plazos pactados y así bajar la cuota. Por supuesto que accedemos a esos pedidos, porque es obvia la situación de que la gente no es que no quiera pagar, sino que no puede. También hemos observado que muchos hacen compras con tarjeta de crédito, se generan una deuda voluminosa por los intereses del sistema financiero, y vienen a pedir una ayuda a la mutual para pagar la tarjeta; les conviene asumir un compromiso con la mutual antes que con la tarjeta. Por lo que me hace pensar que la gente pide ayuda económica más por deudas contraídas que por la compra de bienes”.
Las explicaciones de Domingo Benso sobre el funcionamiento del Grupo Cooperativo y Mutual Devoto, siempre muestran un termómetro en la relación entre sistemas asociativos y coyunturas. Por un lado se advierte el impacto y las dificultades que deben atravesar las entidades, sobre todo en el costado financiero, cuando las políticas públicas priorizan el mercado financiero especulativo por sobre el de las necesidades de los ciudadanos. Pero en otra perspectiva, se observa la capacidad del sector para el desarrollo de las economías regionales antes situaciones adversas, por la posibilidad de reducir excedentes al no perseguir fines de lucro.