La Mesa de Asociativismo y Economía Social de Bariloche, ejecutó una tarea que significó solución efectiva para dos sectores –productores y consumidores- que necesitaban resolver sus particulares problemáticas.

Las organizaciones de la Mesa, integrada por cooperativas, mutuales, sindicatos, clubes y movimientos sociales de la economía popular, detectaron la situación de un grupo de productores desarrollados desde la agricultura familiar de la localidad de Corralito. A partir del aislamiento social, se vieron imposibilitados de trasladar sus productos a los centros urbanos donde se comercializan, con el riesgo de perder todas sus cosechas.

La flamante entidad de Economía Solidaria se trasladó hacia Corralito y adquirió dos toneladas de productos alimenticios agroecológicos, para llevarlos a Bariloche, distante 150 kilómetros del centro de producción de los agricultores. Una vez en la ciudad, los miembros de las distintas organizaciones procedieron al fraccionamiento y armado de bolsones, que luego fueron distribuidos a un valor sustancialmente bajo, para facilitar el acceso a las familias de los barrios más postergados de la ciudad rionegrina.

En el proceso también intervino la Administración de Parques Nacionales, que puso a disposición un camión para trasladar las dos toneladas de alimentos. Para esta tarea se siguió con el protocolo para la venta y distribución de agricultura familiar, elaborados por el SENASA, INTA, Ministerio de Agricultura y la Universidad Aturo Jauretche.

La creación de Mesas de Asociativismo, fue impulsada desde el INAES, como una de las primeras herramientas de gestión, para que sean conformadas en los municipios de todo el país, con organizaciones asociativas de cualquier tipo. En este caso, el espacio logró encontrar respuestas para que los productores puedan ubicar los alimentos cosechados, y acercar a los consumidores alimentos de calidad a precio justo.

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