La titular de la Asociación Mutualista del Docente de Córdoba, Celia Serrone, valoró la actitud del personal de la institución, y de las demás integrantes del Consejo Directivo, por la actitud de servicio, haciendo que, aun de manera remota, la mutual pudiese brindar sus prestaciones, minimizando el impacto del aislamiento social.

La dirigenta lo hizo al trazar un panorama de la situación de la entidad durante los dos últimos meses, y pensando también en el futuro cercano, cuando las actividades puedan retomarse con más amplitud.

“Nosotros tuvimos la posibilidad de anticiparnos a la atención remota a los asociados –dice Celia Serrone-. Ya a principios de marzo, se veía como posibilidad cierta una expansión del coronavirus y que eso tornaría complejas las actividades. Entrar en cuarentena era algo que veíamos como una eventualidad que podía ocurrir. El personal del área de cómputos nos sugirió como medida de precaución, trasladar información de nuestro sistema a las computadoras personales de los empleados, para el caso que tuviésemos que apelar a un escenario de trabajo a distancia. Y fue muy acertada la recomendación, porque efectivamente lo tuvimos que aplicar de inmediato.

“Y aunque si bien es cierto que hubo que acostumbrarse a esta novedad, debo decir que el sistema de teletrabajo funcionó y sigue funcionando muy bien, bajo la dirección de la gerenta de la mutual. Y en este sentido, hay que destacar el compromiso del personal, que trabaja a distancia aun fuera de los horarios habituales e incluso los fines de semana. Esto se da así, porque también encontramos un alto índice de acompañamiento en estas circunstancias, por parte de las y los asociados, que se sumaron a esta modalidad y pudieron percibir los servicios habilitados sin interrupciones.

“Ahora, desde el proceso de flexibilización de las actividades, tenemos las puertas abiertas en nuestra sede central y en las filiales con horarios restringidos. De todos modos, vemos que la gente elige cuidarse, no exponerse con salidas, de modo que la concurrencia no es masiva como en otros momentos”.

Respecto a los efectos económicos sobre la entidad, la presidenta de la A.M.D., reconoce que también atraviesan una situación con dificultades: “Servicios como proveeduría y turismo han decaído muy fuertemente; en turismo la actividad es absolutamente nula, como le ha sucedido al sector en general. Además, en nuestro caso, tenemos el complejo de La Granja, que por supuesto permanece cerrado al público, pero que sigue demandando tareas de mantenimiento que hay que hacer para evitar cualquier tipo de deterioro en las instalaciones. Y ya todos saben lo que significa sostener un predio de esas características que recibe visitantes durante todo el año. Afortunadamente, surgió esta medida del Aporte para el Trabajo y la Producción, al que las mutuales fuimos incorporadas. Nuestra mutual accedió a esa asistencia, que significó una gran ayuda para el cumplimiento en el pago de sueldos y en la reducción de aportes patronales”.

Como ya se ha publicado en estas páginas, la Mutual del Docente mantuvo el contacto con la masa de asociados, a través de instancias como la biblioteca virtual y los videos producidos por docentes de talleres, que se preocuparon por estrechar los vínculos, acortando el distanciamiento físico.

Sobre lo que viene, para el momento en que se retome el tránsito habitual de las personas, Celia Serrone piensa en la dinámica que habrá que darle a algunos servicios en particular: “Cuando esto termine, creo que habrá que usar la imaginación para dar un renovado impulso a la prestación de la ayuda económica con fondos propios y al servicio de proveeduría, que serán probablemente las principales fuentes de ingresos de la mutual. Creemos que la reanudación del turismo, que siempre fue uno de nuestros fuertes, demorará bastante más en retomarse”.

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