Desde hace 75 años, en nuestro país se conmemora el Día del Maestro, evocando el fallecimiento de Domingo Sarmiento. Nadie hubiese imaginado que en este presente las y los educadores deberían adaptarse con urgencia a una nueva forma de impartir conocimientos. Reemplazar el contacto presencial con el alumnado por la visualización remota; dejar la tiza y el pizarrón por el teclado y la webcam. La pandemia obligó al armado de una nueva escenografía.

Homenajear a las y los maestros es algo que durante todo el año hace la Asociación Mutualista del Docente. La satisfacción de necesidades a través de la prestación de servicios, es lo cotidiano en la entidad; cuidar es una forma de homenaje.

En este día, especial para la comunidad educacional, y excepcional por la situación epidemiológica, la Mutual del Docente dedica una carta abierta que por su contenido, no sólo tiene como destino a las y los asociados, sino a todas y todos los maestros.

Queridos docentes:

Tiempos difíciles nos atraviesan y de los que formamos parte indisoluble. Época en donde se entrecruzan distintos deseos, voluntades y prácticas; perplejos ante la irrupción de lo imprevisto, lo inmanejable, lo incierto, ante lo que parecen fracasar las herramientas conocidas. Tantos esfuerzos vemos diluirse bajo la fuerza tremenda de circunstancias que muchas veces, disgrega las mejores intenciones. Sin embargo y a pesar de una crudeza que nos despoja de cualquier soberbia, la pandemia en la que estamos inmersos, combina perplejidad y también tesón que no se deja vencer.

Somos docentes, aprendimos a trabajar desde las dificultades y desde la incomprensión acerca de una profesión de enseñantes que se pone de pie ante el presente, pero mira hacia adelante y en ese mirar advierte talentos, potencialidades que otros, quizás, no alcanzan a vislumbrar.

Esta es una de esas épocas en las que la profesión del maestro y de la maestra, se tornan profundamente esenciales. En nuestro trabajo se visibiliza al futuro ahora no reconocido, y se lo transforma en fértil rumbo de vida. Si las circunstancias nos llevaron de una escuela presencial a una escuela virtual, en la virtualidad actual se defiende la vida y se la defiende como futuro de transformación.

Otra vez enseñamos, y de manera permanente nos ponemos por encima de la mera impotencia ante las circunstancias.

Por eso hoy más que nunca, feliz día del Maestro porque, nuestros alumnos, los padres y nuestra sociedad herida, también necesitan de nuestra esperanza.

Muchas gracias

CELIA MARGARITA SERRONE

Presidenta Asociación Mutualista del Docente

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