Profundo pesar dejó en el amplio sector asociativo del país la noticia de la muerte de Mario Cafiero.

Internado en un nosocomio de la ciudad de La Plata, el dirigente de 64 años peleó contra una enfermedad terminal hasta el último instante.

En menos de diez meses de gestión como Presidente del INAES –seis bajo pandemia-, pudo hacer un giro de 180 grados en la política llevada adelante por el organismo. Nadie podrá discutir que la impronta de Cafiero al frente del Instituto, marcó un sendero totalmente opuesto al de la anterior gestión.

Del cierre del miles de organizaciones cooperativas y mutuales, pasó al fomento y simplificación para la creación de entidades. De una política empeñada en gravar con impuestos, a una resolución que les recuerda a las provincias la ilegalidad del cobro de ingresos brutos.

El pase del INAES a la órbita del Ministerio de Desarrollo Productivo le dio un nuevo sentido a las entidades. La creación de las Mesas Asociativas plasmó el trabajo que puede hacerse desde el sector de manera mancomunada con los gobiernos locales, en cada uno de los municipios de todo el territorio.

Mario Cafiero dejó abierto un nuevo camino que le da protagonismo a las organizaciones de la Economía Solidaria en las políticas públicas para el desarrollo social y económico del país. Su método fue muy sencillo: trabajar al lado de las entidades, facilitando las herramientas para el trabajo cotidiano y en la proyección de cada una de ellas.

Muchos esperan ahora que los surcos abiertos en esta breve gestión puedan seguir siendo abonados y consolidados. Todo un legado que puede dar un nuevo paradigma a la misión de las instituciones.

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