Escribe Alejo D’Amico (*)

A partir de uno de los artículos del ensayista Enrique Agilda, especialista en cooperativismo, el profesor Alejo D’Amico desprende los principales conceptos y los amplía, reforzando la visión de la educación en prácticas asociativas y su aplicación para generar un modelo de sociedad más igualitario.

La cooperación es un sentimiento muy entrañable del hombre, cuyo desarrollo no ha sido promovido desde la niñez y por eso suele estar oculto e ignorado.

“La promoción de ese sentimiento unirá a los hombres eliminando numerosos conflictos generados precisamente en la falta de desarrollo del sentimiento de cooperación. La cooperación es una necesidad del ser humano débil e indefenso, ante los poderes de la naturaleza. Quiere adueñarse de sus secretos y gozar sus beneficios, pero debe guarecerse de sus furias. Los débiles, al tener conciencia de ello, hallarán una forma de unión que transforme su debilidad en fortaleza. Desde el conocimiento de la propia debilidad ante el universo, se puede avanzar hacia su transformación en poder, pero nunca desde su desconocimiento.

“Una idea, una emoción, un concepto original, tienen que nacer desde el conocimiento para que sean perdurables: un conocimiento cuyo origen está en los resortes íntimos del ser humano”. (1)

Claramente el autor hace referencia a la importancia de la educación cooperativa; no sólo proclamando los principios y valores cooperativos en la escuela sino,  y esto es lo más importante, instando a  su práctica, ya que con ella el niño toma conciencia en su fuero interno del sentido de la solidaridad, el respeto por sus semejantes, la honestidad en su accionar, desterrando los resentimientos y odios recargados en los discursos de todo tipo que escuchamos a diario.

Esta breve reflexión puede ser interesante para ayudarnos a pensar en los tiempos que se avecinan, signados por una debacle económica de la cual todavía no tenemos una dimensión precisa, pero que ya podemos percibir con millones de seres desocupados, sumados a las legiones de refugiados a causa de las guerras que asolan sus países y la pobreza estructural producto de la concentración del poder económico en pocas manos.

Parece una utopía,  pero el sentimiento cooperativo puede llegar a transformar las debilidades de estos grupos en fortalezas, para obrar en pos de un sistema más humano.

Los Pioneros de Rochdale, se propusieron transformar la miseria individual en riqueza colectiva. Y esa utopía se transformó en una realidad que surca el mundo entero.

(*) Licenciado en cooperativismo -Docente Universidad Nacional de Córdoba.

(1) Agilda,Enrique: Gremialismo y Cooperación-Ed. Intercoop-Editora Cooperativa Ltda.

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