Crece el alerta desde la Federación Argentina de Mutuales de Salud (FAMSA) por la cantidad de casos de alto costo que tienen que afrontar.
Más allá de los hechos paradigmáticos, como lo fue el Zolgensma (producto empleado para el tratamiento de la atrofia muscular espinal), hay una infinidad de medicamentos y tratamientos genéticos que ponen en jaque la economía de las financiadoras de la salud, en especial de las pequeñas y medianas que conforman el espectro de las organizaciones de la economía social.
El presidente de FAMSA, Juan Pivetta, explicó el último caso que recibieron: «El mes pasado, una mutual de salud pequeña, de la que reservamos su identidad por razones de confidencialidad, tuvo el ingreso de un caso de una patología oftalmológica. Al diagnosticarlo un profesional, prescribió un tratamiento de terapia genética que tiene como valor 550 mil dólares.
«Lógicamente, esta entidad no está capacitada financieramente para afrontar ese costo –es una organización con sólo 3100 asociados- y se presentó en la justicia. El juez resolvió que el costo del tratamiento debían afrontarlo en un 50 por ciento en Estado nacional y el otro 50 por ciento la mutual», detalló. «Una pequeña organización que recauda 19 millones de pesos mensuales, tiene que afrontar un costo de casi 30 millones de pesos, lo que la obliga a endeudarse a 10 años sólo por este caso. ¿Y si le tocan otros?», amplió.
Por su parte, sobre el fallo judicial, expresó: «La idea no es cuestionar, sino interpretar la decisión del juez que determina un 50 y 50 por ciento. ¿En qué se basó el letrado para decidir esos porcentajes y no otros? Hoy no lo sabemos, y hay que comenzar a plantearnos el porqué de estas decisiones en términos generales, siendo que el Estado es el garante final del acceso a la salud. Además, ¿analizó el juez la evidencia científica de este tratamiento y la efectividad del mismo?», abundó Pivetta.
En ese sentido, cuestionó el valor final de este tipo de tratamientos: «Sabemos el valor del medicamento, pero, ¿cuánto es el costo de la investigación y el desarrollo que la industria destina en un medicamento para establecer los valores de mercado? Tampoco lo conocemos.
«Nosotros tenemos que velar por la salud, la recuperación y la rehabilitación de los asociados. No es un tema sólo económico y financiero, sino que es fundamental conocer la efectividad de los tratamientos y que nuestros asociados no queden en el medio de este tipo de conflictos de intereses y reales posibilidades de financiamiento», aclaró.
Para cerrar, propuso: «Comenzamos un proyecto de investigación con el objetivo de estudiar estrategias colectivas y solidarias que posibiliten la concreción de un modelo de gestión privada, a escala suficiente que nos permita hacer frente a esos costos. No obstante, creemos que nuestro país debería tener un seguro nacional del alto costo, que ponga en igualdad de condiciones a todos los ciudadanos argentinos, posibilitando así el acceso a las prestaciones de valores extraordinarios, independientemente si recibe servicios de salud del sector público, de la seguridad social, del privado o de la economía social».
