Escribe: Eduardo Fontenla (*)

Es tiempo de explorar otra opción

El día 4 de diciembre de 2019, Vicentin SAIC anunció a sus acreedores que se encontraba en una situación de «estrés financiero» que no le permitiría hacer frente a sus obligaciones, incurriendo en cesación de pagos a partir de ese momento por una deuda de 1.573 millones de dólares.

La historia es un testigo incuestionable y nos dice que, en estos casos, es usual, que previo a la situación de “estrés financiero” se ofrezcan los mejores precios y condiciones operativas del mercado.

Hubo un proyecto del gobierno nacional de expropiación que no prosperó.

La continuidad de las indefiniciones, los malabarismos y los procesos judiciales de la empresa Vicentin, desde la apertura de su convocatoria de acreedores presentada el 10 de febrero de 2020, nos hace pensar en la alternativa de explorar en una fórmula empresaria superadora como son las Cooperativas de Nueva Generación (CNG). Porque la salida no es la quiebra.

Ya existía presencia y participación económica cooperativa en la crisis de Vicentin, y fue a poco más de un mes de que la empresa Vicentin se declarara en cesación de pagos, cuando la Asociación de Cooperativas Argentinas Coop. Ltda.  (ACA) decidió poner en marcha un salvataje para las cooperativas adheridas que tenían acreencias con la agroexportadora.

La ACA es la principal acreedora comercial de Vicentin, por 90 millones de dólares, y se hizo cargo de los compromisos que tenía Vicentin con sus cooperativas asociadas, para recuperar esos fondos de operaciones certificadas o contratos abiertos.

A su vez, la deuda total con las cooperativas agropecuarias de Vicentin llega a 7.762 millones de pesos.

¿Hacía que solución encaminarnos?

Pensamos en la CNG, como empresa núcleo y articuladora de los factores de la producción, de la gestión y control a las cooperativas, y que se basa en posicionamientos, transformaciones e innovaciones pensadas desde las necesidades y expectativas de los asociados y sus familias, asegurando que sean protagonistas y aumenten sus ingresos con distribuciones equitativas.

La CNG es una empresa colectiva de cooperación ordenada, de colaboración e interacción empresaria orientada por los valores, principios e identidad cooperativa para transformar el territorio.

Es un nuevo modelo asociativo de hacer negocios que conecta estrechamente la economía, la producción y el trabajo en un formato de ganar-ganar.

Como cooperativas núcleos y articuladoras podemos pensar en la ACA; en Agricultores Federados Argentinos Coop. Ltda. (AFA); Unión Agrícola de Avellaneda (UAA); Cooperativa Agropecuaria Unión de Justiniano Posse; la Cooperativa Agrícola Ganadera de Sunchales; Cooperativa Agrícola Ganadera Guillermo Lehmann de Pilar, y otras entidades de la economía social de significativa presencia operativa que deseen sumarse. Así podrían concertar una salida asociativa de base cooperativa con participación pública-privada, especialmente con el Banco de la Nación Argentina con una acreencia de 300 millones de dólares; Banco de la Provincia de Buenos Aires; Banco Cooperativo Rabobank -Coöperatieve Centrale Raiffeisen-Boerenleenbank B.A. de Holanda; Banco Credicoop  Coop. Ltda.; YPF Agro, y la Cooperativa CHS Inc. de Estados Unidos, entre otras.

Las entidades cooperativas de segundo y primer grado mencionadas tienen mucha experiencia en el mercado con nombre, identidad y trayectoria, que acompañan el desarrollo día a día de los productores agropecuarios.

En el marco de la crisis, un aspecto a nuestro criterio positivo a considerar, es que la ACA junto con Viterra Argentina (ex Glencore) y Molinos Agro S.A. forman parte de los interesados estratégicos en nexo con la mesa chica del directorio de Vicentin.

La ACA y las dos empresas cerealeras mencionadas mantienen el funcionamiento de la empresa a través de contratos a fasón y la fuente de trabajo de los 1.233 empleados directos.

Dado que es alto el nivel de inversión requerida, el capital en manos cooperativas es un dique de contención ante la concentración monopólica, y la CNG una tejedora de vínculos empresariales asociativos con la lógica dinamizante de “ganar-ganar”.

Dejamos claro que las menciones de cooperativas con acreencias son a título de ejemplo y no limitativas a ninguna entidad o sector tengan o no deudas a cobrar de Vicentin. Sólo es imprescindible un compromiso con el país, gestión transparente y hacer honor al lema unidos para ser más fuertes.

Debemos evitar con la acción eficaz de las CNG un irracional sálvese quien pueda, o arréglese sólo y como pueda. En otras palabras, no se sale en solitario, se sale en solidario.

CNG, una negociación conjunta clara y real

El desafío es co-construir una moderna arquitectura económica, tecnológica, colaborativa, y de expansión, con diseños organizacionales de aportaciones de capital internas del propio sector de la economía social. Y también el aporte extra-cooperativo de personas físicas y jurídicas nacionales, que permitan sistemas y entramados de reproducción ampliada, que las coloque en condiciones semejantes o superiores a otros modelos empresariales capitalizados.

Por otra parte, es un instrumento colectivo de inversores para que el ahorro o activos financieros improductivos de la región, se invierta en la misma combinando recursos y facilitando que las partes obtengan mayores márgenes que si actuaran solas.

Así dadas las necesidades financieras, se plantea una cuestión de fondo como es asegurar la participación, gestión, protección y control de capitales nacionales y cooperativos, en nexo entre capitales económicos y capital social.

Capital social que brinda confianza, consensos distribuidos, calidad a las relaciones, negocios y alianzas sostenibles. Recuperando la perspectiva de Amartya Kumar Sen, Premio Nobel de Economía de 1998, que nos dijo: “El capital social es lo más relevante del polígono del desarrollo”.

Obviamente, para el monto de la deuda de Vicentin, la capitalización propia cooperativa o ahorro extendido cooperativo no es suficiente para la inversión de salvataje que se requiere. Por lo tanto, se debe tender a sumar más actores locales/regionales, cooperativas, mutuales, productores acreedores sin acreencias, y de los terceros que pueden estar dispuestos a invertir ahorros garantizando desde la CNG resultados seguros, sostenibles y transparentes con control social.

Aquí tenemos una forma de apoyar las inversiones e intereses nacionales con especial énfasis en lo local-regional, para proteger el trabajo, la generación de trabajo genuino, digno, bien remunerado, con participación y compromiso de las entidades de los trabajadores.

También la capitalización cooperativa a través de las CNG es un instrumento para capitalizar al pueblo, de defensa del interés nacional y de mayor soberanía para nuestro país.

Por ello, sostenemos la necesidad de pensar y organizar una CNG lo antes posible para evitar el desbaratamiento y quiebra del grupo. Para lo cual es necesario el diseño cooperativo de un plan de pago a los acreedores, de inversión colectiva, productivo y estratégico.

Paralelamente, catorce directivos de la empresa Vicentin fueron denunciados por algunos acreedores y por la fiscalía por estafa, administración fraudulenta y asociación ilícita.

Asimismo, se pidió ampliar la imputación a la auditoría internacional KPMG, fundada en la ciudad de Nueva York en el año 1897, (la sigla representa los nombres de los cuatro fundadores) por presunta connivencia y complicidad para facilitar el desfalco.

Trabajo coordinado y asociativo

Ojalá podamos pensar, buscar consensos y construir para un salida cooperativa y asociativa a través del modelo CNG que tiene muchas potenciales y también valores, principios caracteres propios de organización. Utilizando la metodología compatible del encuentro, es decir, trabajar a partir de lo que une al movimiento cooperativo y en alianza estratégica privada-pública con el Gobierno Nacional, los Estados provinciales y municipales.

Dejamos claro que el diseño de las CNG en el mundo no fue pensado para recuperar empresas en concurso, quiebra o crisis, sino para aumentar el agregado de valor en las cadenas agro-bio-industriales y la participación de productores agropecuarios de pequeñas y medianas dimensiones.

Pero nos parece un modelo de racionalidad empresaria para solucionar una crisis importante de producción y trabajo como la que generó para la Argentina Vicentin, que exportaba el 9% de los granos, oleaginosas y derivados.

Creemos que hoy le toca al cooperativismo hacer historia y aumentar su participación en la actividad y exportación agro-bio-industrial y evitar un proceso de extranjerización.

Finalmente, pensamos que es tiempo de explorar otra opción y que la salida es por arriba del laberinto, no por el medio. Y las cooperativas tienen experiencia, son resilientes para salir por arriba, con voluntad política, gestión, buen gobierno y transparencia. La CNG es un lugar hacia dónde ir.

(*) Licenciado en Cooperativismo y Mutualismo; Licenciado en Ciencia Política y Gobierno

 

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