“Este libro es una posta a las nuevas generaciones, futuros dirigentes, que a veces no perciben que, al prender la luz, abrir una canilla o levantar un teléfono, son acciones que se pueden hacer porque previamente hubo un colectivo que invirtió mucho esfuerzo, voluntad, trabajo y, sobre todo, mucha cooperación aun entre quienes pensaban distinto”.

Así resume Eduardo Ingaramo el sentido de su trabajo literario que será presentado el próximo jueves en la sede de Cooperar, en la ciudad de Buenos Aires, bajo el sello editorial de la Confederación Argentina de Mutualidades.

“Las cooperativas de usuarios de servicios públicos de Córdoba”, es el título de una obra necesaria para recorrer la historia de esas organizaciones, y desde allí, tomarla como aprendizaje y punto de partida para que los jóvenes puedan adaptar esas experiencias a las nuevas realidades.

Ingaramo, de larga trayectoria en el sector, y hasta hace pocos días titular de la Comisión de Economía Social en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Córdoba, confiesa que su intención “fue asegurar la memoria de esas entidades que supieron cubrir las demandas de la comunidad, de manera rápida y eficiente, sobre todo en el interior profundo. Son historias verificables, documentadas, y se presentan a modo de una perspectiva personal de lo que vi durante muchos años. Se trata de una recopilación, que se fue construyendo con dirigentes del sector de cooperativas de servicios públicos, y que yo simplemente las puedo contar”.

El trabajo es el fruto de más de 400 horas de trabajo del autor, que incluyeron acopio de documentación y viajes a localidades donde se vislumbran casos paradigmáticos de asociativismo.

A través de las páginas de este libro, el lector podrá encontrarse con un capítulo destinada a las teorías interpretativas incluyendo a los pioneros de Rochdale, el modelo Mondragón y la escuela alemana. Luego se da paso a la recopilación historiográfica y una abundancia de ejemplos organizacionales. En definitiva, es una obra que transita por la concepción académica del cooperativismo y la exposición de modelos que se mantuvieron fieles a los principios del movimiento.

Si se le pregunta a Eduardo Ingaramo el porqué de esta publicación, sencillamente lo explica diciendo que “Creo que se debía destacar la acción colectiva en donde es necesaria la cooperación. Sucede que a veces no se comprende lo que pasa en el interior del interior, y otras veces ni siquiera importa. Cuando se habla de cooperativas de servicios públicos, es insoslayable evocar los orígenes, cuando la gente acudía a la cooperativa porque resolvía todo más rápido y de manera eficiente, cuando la empresa privada no estaba presente o no daba las soluciones demandas por la necesidad, o el Estado no estaba en condiciones de invertir”.

El trabajo será presentado el jueves 15 en la sede central de Cooperar, en calle Ecuador 374 de la ciudad de Buenos Aires, desde las 16 horas. El acto se replicará a partir del próximo año en otras localidades del interior.

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