Bien podría decirse que el modo asociativo de los trabajadores en Argentina se remonta a mediados del siglo 19. Fue cuando los dependientes de las casi diez imprentas que había en Buenos Aires, decidieron constituir la Sociedad Tipográfica Bonaerense.
En principio, entre los objetivos fijados en su estatuto, se enunciaban: “la prestación de socorros a los miembros que se enfermaren o imposibilitaren para trabajar; protección a los miembros que necesitaren auxilio por algún motivo justo; socorrer a la familia del socio que falleciere si ésta lo solicitare, y aumentar por todos los medios a su alcance la caja de ahorros”.
Con el correr de los años, la agrupación que presentaba fisonomía mutualista según el modelo europeo, amplió sus metas a cuestiones que tenían que ver con las condiciones laborales, provocando un desprendimiento de la organización primitiva y dando paso a la Unión Tipográfica, que luego protagonizó una de las primeras y más emblemáticas huelgas de trabajadores en el país.
Así, mutuales y sindicatos comenzaron un tránsito por la historia de la organización colectiva con raíces comunes, para luego tomar caminos que, aunque se presenten paralelos, nunca terminaron de disociarse completamente.
En más de una centuria y media las relaciones pasaron por distintas instancias, generalmente dependiendo de las coyunturas. En algún tiempo se necesitaron, en otro se desconfiaron entre sí. El presente plantea otros escenarios, probablemente porque las instituciones también son atravesadas igualmente por los dificultosos y variables factores económicas y sociales. El discurso de integración aparece hoy como una posibilidad para cubrir necesidades de un conjunto, desde las herramientas con que cuenta cada una de las entidades según su naturaleza.
Una de las mutuales de origen sindical que se presentó en el último tramo de 2022, es la de periodistas agrupados en el Círculo Sindical de la Prensa de Córdoba (CISPREN). Desde hace muchos años, el gremio detectó con premura el notable cambio producido en el ecosistema de medios de difusión, que incluyeron la concentración en pocas empresas, la eliminación de roles y la transformación tecnológica con incidencia directa en la forma de difundir noticias. Esta visión, generó que el gremio de periodistas abriese su padrón de afiliados a quienes ejercen el oficio desde otros lugares diferentes a los tradicionales. Es decir, una buena porción de la masa de afiliados, son trabajadores de medios autogestionados colectivos o unipersonales, es decir, sin relación de dependencia.
Ante esta realidad, el Círculo de Prensa comenzó a explorar desde hace algunos años el sistema mutualista, hasta que finalmente encontró que esa figura cuenta con un virtuosismo que puede integrarse con la acción gremial.
María Ana Mandakovic, secretaria general del CISPREN, explica el origen de la nueva entidad con estos argumentos: “Creamos una mutual justamente porque tenemos afiliados directos que son autogestionados. Sobre esa plataforma, encontramos que ese segmento tiene otras necesidades diferentes a las que tiene quien trabaja en relación de dependencia. Para eso, teníamos que generar una herramienta que nos permitiera más amplitud para satisfacer demandas específicas y a la vez complementar con servicios a los afiliados que están empleados en las distintas empresas.
“El que está en relación de dependencia tiene un salario, un recibo de haberes, y con eso, posibilidades de pedir un crédito bancario, acceder a una tarjeta, es decir está en el sistema. Pero cuando el trabajador tiene otra realidad, que tiene que gestionarse su propio salario, está en desigualdad de condiciones. Entonces, constituir una mutual, un espacio donde se pueda pensar desde lo colectivo y lo solidario, nos da lugar a reunir propuestas para acercarle beneficios a nuestros afiliados en general”.
La dirigente, quien también ocupa una vocalía en la nueva mutual, reconoció también las posibilidades que brinda este instrumento: “La multiplicidad de servicios que permite la legislación argentina para estas entidades, nos abre amplias perspectivas para desarrollar en lo inmediato; sobre todo territorialmente a nivel provincial y, por qué no, también a nivel nacional. En este sentido, el CISPREN integra la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa, y cuando hablamos de esta iniciativa en ese ámbito, no sólo lo vieron con buenos ojos, sino que entendieron que la mutual es un valor agregado y un modelo para ser replicado o expandido”.
La Mutual de Prensa tomó la modalidad de incorporar como asociados directos a todos los afiliados voluntarios al CISPREN. Ya cuenta con un paquete de servicios disponibles a partir de la firma de convenios interinstitucionales, sumado a la ampliación de aquéllos con los que ya cuenta el gremio.
Por eso, Mandakovic refuerza el concepto de integración: “En cuanto a las prestaciones que podemos ofrecer tanto a las y los trabajadores que están en relación de dependencia como a los autogestionados, son complementarias. Es decir, vemos sindicato y mutual como un todo. El trabajo articulado entre ambas instituciones, nos coloca en una posición de fortaleza para obtener mejores condiciones que impacten positivamente en el conjunto”.