“En sólo una semana tuvimos que modificar dos veces la lista de precios”. Con esa contundencia se expresaban referentes de la Mutual Ateneo Juvenil (AMCAJA), que tiene una proveeduría de alimentos en Villa Santa Rosa, en el departamento Río Primero de la provincia de Córdoba.

Cada entidad con este servicio tiene su propia realidad frente a la escalada de precios en alimentos. Con estrategias aplicadas sobre sus entornos geográficos y sociales, redoblan esfuerzos para mantenerse como opción competitiva y cumplir con el ideario de precios más justos que los del sector lucrativo.

En la ciudad de Villa Santa Rosa, la mutual adquiere la mercadería en mayoristas y distribuidoras, dado que su escala de compra -acorde al mercado local de consumo- no permite el acceso a los fabricantes o productores directos.

En los últimos días la suba de precios en esos comercios a granel, se enfocó principalmente en yerba, azúcar y aceites. AMCAJA compró yerba con incrementos que van desde un 20 y hasta un 23%. Casi todos los productos de la empresa Arcor llegaron con aumentos que oscilaron entre 8 y 9%; buscaron justificarlo en la suba de precios del combustible, aunque este insumo aumentó la mitad de ese porcentual.

Otra de las dificultades que afrontan en la mutual para sostener la proveeduría, es que ya no les venden las cantidades habituales; por el contrario, los mayoristas limitan el volumen de mercancías. AMCAJA tenía como método una compra lo más abultada posible, lo que le permitía tener stock, y así reponer las góndolas con aumentos más espaciados en el tiempo. Hoy, aseguran que ya no se puede. Además, ya no consiguen plazos de pago; las distribuidoras exigen cobrar en el día.

Se han dado otras situaciones de tensión en las operaciones, cuando los proveedores descargan mercadería -ya comprada- con fecha de vencimiento muy próxima, entre 15 y 30 días. Esto provocó que, en más de una ocasión, la entidad literalmente tuvo que tirar comida.

En el monitoreo permanente que hacen, la dirigencia de esta entidad observa que el número de clientes que concurren a la proveeduría se mantiene, aunque sí han variado las conductas. Los asociados reducen sus compras a lo estrictamente necesario, aumenta la concurrencia los días de promociones y lo combinan con el pago en cuotas con tarjeta de crédito.

El servicio mutual de venta de alimentos, sin importar su magnitud, está dentro de la calificación de comercio de cercanía, equiparando su superficie comercial a la de un almacén. Esta es una de las principales razones por las que queda fuera del programa Precios Justos, al que sí acceden otros comercios de la zona, poniendo en riesgo el factor competitivo.

Mientras tanto, el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz, ha medido un incremento del 4,8% en precios de supermercados en general, en la primera quincena de abril.

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