Sobre mediados de este año, un grupo de referentes de la economía solidaria argentina, participó de un trayecto formativo en la ciudad de Mondragón, en el País Vasco.

Allí funciona un grupo de empresas cooperativas, considerado como el más grande del mundo. Por eso, la Confederación Argentina de Mutualidades, FEMUCOR, y la Universidad Tres de Febrero, organizaron esta experiencia destinada a dirigentes del sector asociativo de nuestro país.

Uno de los participantes, fue Mariano Olaviaga, presidente de la Asociación Mutual Mercantil Argentina (AMMA), perteneciente al Grupo Gesta, de Villa María. Como resumen de su vivencia, el dirigente respondió a las consultas del periodista Iván Wielikosielek, que luego se publicaron en la revista Nosotros Mismos, que edita el mismo conglomerado villamariense.

De sus respuestas, se desprende una alta valoración por la conciencia cooperativa que existe en el País Vasco, y lo expresó en el medio colega de esta forma:

“Lo que más me impresionó, es que cualquier vasco te puede explicar un montón de cosas sobre el cooperativismo. Este modo organizativo, pareciera haber nacido con ellos, incluso pueden no estar de acuerdo, pero ninguno ignora cómo funciona o qué significa ese modo de concebir el reparto y la economía. Podría decirte que los vascos llevan el cooperativismo en su ADN.

“Pude observar no sólo que el cooperativismo vasco se derrama hacia toda la comunidad, sino que no hay indigencia ni pobreza en las calles. La sociedad vasca se ha desarrollado gracias al fenómeno cooperativista; y allá, todo el mundo te lo reconoce.

“Me tocó escuchar a los presidentes de las cooperativas grandes y también de las más chicas; oír de primera mano el modo en que se reinventaron para hacerse competitivas en un mundo global. Un buen ejemplo fue lo que le pasó a Orbea, que antes fabricaba armas y ahora hace bicicletas de carrera, un deporte que se practica mucho en el País Vasco.

“La pregunta era cómo competir con potencias industriales como China. Y lo solucionaron haciendo un mix; quedándose ellos con la industria del conocimiento y preparando proyectos innovadores, pero encargando las matrices a China. Luego, a las bicis las terminan de armar en el País Vasco y las patentes también se quedan con ellos. Eso es lo fundamental; más que el lugar desde donde produzcas, lo importante es que siempre conserves la industria del conocimiento.

“Una de las cosas que siempre hablamos con Miguel, es si las cooperativas transforman la sociedad o si nacen debido a las condiciones sociales que se dan previamente. Es una paradoja que quizás no se resuelva nunca. Sin embargo, en el caso de nuestro país, hay algo que nos ha dividido siempre… De hecho, en Argentina, el cooperativismo no ha sido nunca una cuestión nacionalista, como en el País Vasco, sino una cuestión de necesidad. Ojalá que el modo de resolver esa necesidad, nos vea más unidos todavía. Y entonces, esa paradoja del cooperativismo, habrá tenido un final feliz en Argentina”.

La Corporación Mondragón se fundó en 1958, reuniendo a un grupo de aprendices de cerrajería. Hoy cuenta con 70 mil trabajadores, 81 cooperativas, 8 fundaciones y numerosos centros educativos en toda España y en el mundo. Vende sus servicios y productos a más de 150 países.