Si la inesperada pandemia puso a prueba la capacidad de adaptación de personas e instituciones, las organizaciones de la economía solidaria debieron afrontar mayores desafíos por su propia naturaleza.

Uno de los servicios que demandó más exigencia creativa fue el de turismo; y en este segmento, las mutuales prestadoras pusieron a prueba la eficacia y rapidez necesarias para resolver  los complicados y complejos escenarios presentados.

Para la mutual Federada, nacida en Rosario como prestadora de salud y expandida a buena parte del territorio nacional, el turismo es un área de amplio desarrollo y fuerte impacto entre su masa de asociados. De hecho, la entidad considera a la actividad como un complemento a la salud, explicitando con esa concepción el impulso al servicio.

Emiliano Aimetti, encargado regional de Federada Turismo, reconoció los desafíos impensados que debieron afrontarse en esta materia, a partir de las medidas de aislamiento por pandemia, que incluyeron un inmediato cierre de fronteras.

“En ese momento –explica Aimetti- se presentaron múltiples situaciones en un mismo momento: pasajeros a punto de iniciar un viaje contratado, otros que la pandemia los encontró en otro lugar del mundo, y los que estaban ya a punto de emprender el retorno al país”.

Este último segmento, requirió un entramado de acciones para dar respuesta y solución al asociado, que naturalmente ante la alarma mundial querían regresar rápidamente a su lugar de origen.

El ejecutivo del área relata que “fue una etapa en que trabajamos los siete días de cada semana y dedicados a tiempo completo. La situación desbordó todos los eslabones que forman parte de la cadena de la prestación, y eso obligó a una tarea coordinada para lograr los retornos por vías aceleradas, y así repatriar por nuestra cuenta a casi el 90% de los pasajeros. Incluso en casos en que el regreso demandó costos adicionales, la mutual los cubrió de manera inmediata, dándole al asociado la posibilidad de una financiación posterior.

“Hubo casos en que los operadores hacían reintegros por servicios no prestados, pero con demoras considerables. Entonces la mutual se hizo cargo de dar respuesta inmediata a los asociados, asumiendo las devoluciones que correspondiesen”.

Emiliano Aimetti, destaca que, aunque es muy cierto que la situación epidemiológica afectó a todo el entramado del turismo, el sistema mutual pudo marcar una diferencia con respecto a otros prestadores: “Nuestra organización siempre estuvo presente ante los asociados que usan el servicio. Acá siempre hay una persona que escucha un reclamo, que da respuestas, que recomienda, que hace un seguimiento. No nos desentendemos nunca, y damos una atención personalizada, cualquiera sea la vía de contacto que se utilice. Creo que eso es lo que marca una diferencia, la actitud sustentada en la ayuda mutua”.

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