El docente universitario Alejo D’Amico, especialista en cooperativismo y mutualismo, resalta en esta columna a las cooperativas de trabajo, sosteniendo que “son las que más se ajustan a los principios fundacionales” del sistema. A la vez, trata de dejar en claro que el aporte que hace una asociado en este tipo de organizaciones, es el capital y no el trabajo.
Escribe Alejo D’Amico (*)
Una cooperativa es una asociación autónoma de personas que tienen necesidades y aspiraciones económicas, sociales y/o culturales comunes, que satisfacen gestionando democráticamente una empresa que es propiedad del conjunto.
Resumiendo, podemos decir que son empresas creadas por sus fundadores para brindarse servicios a sí mismos. Para ello, los asociados aportan un determinado capital para el funcionamiento de su empresa.
Hay cooperativas que industrializan y comercializan la producción de sus asociados, como es el caso de las agrícolas, agropecuarias, lecheras, y demás. Otras brindan servicios de seguros, vivienda, salud, energía eléctrica, gas, agua potable, desagües, internet, banco de sangre, etc.
Cuando las cooperativas son concesionarias de servicios públicos, deben prestar los mismos a terceros no asociados. No olvidemos que la asociación es libre y voluntaria y en este caso se trata de servicios que debería prestar el estado a la comunidad.
Salvo estas excepciones, las cooperativas prestan servicios a sus asociados.
Las Cooperativas de Producción o Trabajo, como las denomina la Ley 20.337, según nuestro criterio, son las entidades que más se ajustan a los principios fundacionales del cooperativismo.
Tienen por objeto social brindar el servicio del trabajo a sus asociados, que deben ser personas humanas. Por razones obvias, no admiten personas jurídicas en su conformación. En esta circunstancia la cooperativa vende los servicios y/o productos de sus asociados a terceros.
Para ser asociado el trabajador, como dijimos al principio, debe aportar capital a la cooperativa, condición imprescindible que le otorga su calidad de socio con todos sus derechos y obligaciones.
Cabe la pregunta: ¿para qué todo este razonamiento? Para dejar en claro que el único aporte que hace el asociado de una cooperativa de trabajo a su empresa, es el capital.
Y vale la aclaración, porque la mayoría de los integrantes de cooperativas de trabajo, así como también especialistas en el tema, opinan con mucha soltura que el trabajador aporta su trabajo a la cooperativa, concepto totalmente errado ya que las constituyen personas con distintas habilidades u oficios.
(*) Licenciado en cooperativismo. Docente Universidad Nacional de Córdoba.