Uno de los ejes más perdurables que desarrolló la Confederación Argentina de Mutualidades, se focalizó en una formación que abarcara a todos los estamentos que componen una mutual. Generar espacios para la capacitación fue una decisión política que apuntó a que el mutualismo se fortalezca y transite un camino hacia la modernidad y a los nuevos escenarios que se plantean para el sector.
La disposición fue desarrollar ciclos de aprendizajes para todo el universo mutualista, desde dirigentes hasta asociados, con gratuidad y la mayor cobertura territorial posible. El primer impulso fue convocar a una institución que llevara adelante el desarrollo de un campus virtual.
Nació Aprender en Red, que desde el año 2015 hasta el presente, capacitó a 18 mil personas. El tiempo y la evolución afianzaron el proyecto y lo consolidaron. Más allá de los resultados, su funcionamiento demanda un complejo entramado de actividades para detectar, proponer, diseñar y planificar.
El minucioso plan del equipo de Aprender en Red exige que la agenda de abordajes se prepare con un año de anticipación. Si bien son 32 las personas que integran el espacio, hay una coordinación que distribuye roles, potencia la efectividad de cada uno, los integra y presenta finalmente una propuesta educativa completa.
Ese desempeño está en manos de Marita Carbonell, directora del centro virtual.
En un rápido vistazo a su historial, además de presentar una sólida formación académica, ratificada con el ejercicio de la docencia en la Universidad Nacional de Córdoba, Marita Carbonell ha dedicado buena parte de su vida al desarrollo de proyectos de vanguardia donde se involucran los colectivos. Propulsora y gestora de la Red de Graduados en Ciencias Económicas -experiencia replicada más tarde en otras facultades y en la misma universidad pública-, y un lustro dedicado a trabajar con la Unión Iberoamericana de Municipalistas desde la Universidad de Granada, son los antecedentes mas inmediatos antes de asumir la convocatoria de CAM para el desarrollo del campus virtual.
Fortaleza de objetivos
Aunque deposita el armado y evolución del proyecto en una acción grupal, no puede soslayarse su iniciativa en el trazado de los lineamientos que le dieron marco a la plataforma. Es necesario recurrir a los orígenes, para darle perspectiva y real dimensión a un proceso que muestra como resultado global una amplia aceptación por el sector mutualista argentino.
“Como suele suceder, la idea nació un tanto deshilachada, pero rápidamente empezó a tejerse -relata Marita Carbonell-. Cuando se recibió la propuesta, eran muchas las preguntas sobre cómo se iba a hacer el abordaje. Desde el principio puse toda mi alma en esto, y frente a lo que se presentaba como un gran desafío, lo asumí como un compromiso social, se armó un equipo de personas dispuestas a tomar posición desde el mismo lugar y todo empezó a fluir. Las mismas personas que estuvieron desde el principio, hace ya ocho años, son quienes están hoy. Un extraordinario grupo de jóvenes que, aunque cada uno tiene un rol específico de acuerdo a sus intereses y habilidades, fueron adquiriendo una sensación de pertenencia, permitiéndose tomar decisiones propias que hacen al conjunto, creando ellos mismo la horizontalidad necesaria para construir este proyecto. Entre todos nos fijamos un mismo propósito, buscando que cada una de las capacitaciones tengan impacto y que podamos medirlo en lo cuantitativo y en lo cualitativo.
“Lo más importante era planificar contenidos de calidad, que pudieran ser transmitidos con lenguaje claro y llano, sin dejar de prestar atención a la brecha digital. Para eso, comprendimos que docentes y tutores que integraran este sistema educativo, deberían acompañar sus dictados con mucha contención hacia el participante, con diálogo permanente, y en actitud de acompañamiento”.
Una construcción pedagógica
Las primeras propuestas de Aprender en Red se orientaron hacia la gestión en salud, para luego dar paso a otros servicios mutuales, e incluso ofreciendo indispensables cursos para el aprendizaje de herramientas de uso cotidiano en la tarea de una entidad. La expansión del campus virtual se produjo con una velocidad poco frecuente, a partir de las necesidades detectadas desde las mismas instituciones. Desde ese momento, el crecimiento no tuvo techo.
“Había que armar una comunidad educativa desde un medio poco conocido en esos tiempos como es el de la virtualidad, y con las dificultades que presentaba la desigualdad de lo remoto, plasmada en lugares con escasa y hasta nula conectividad. Pero se edificó esa comunidad, y desde ese punto se armaron redes, porque precisamente había una necesidad. Hubo que escuchar, asumir una actitud de compresión y luego traducir esa demanda en una respuesta de aprendizaje. Sabíamos desde el principio que asumiríamos un proyecto que debía abarcar territorialidad y que sea inclusivo.
“En la planificación de cada curso, cada ciclo, cada una de nuestras propuestas formativas, buscamos las herramientas pedagógicas que puedan ofrecerse a través de la virtualidad. Con esa premisa, se le da al cursante, más allá del conocimiento específico, la posibilidad de construir un pensamiento crítico, la de emprender sus propias búsquedas y la de apropiarse de instrumentos que apliquen en la práctica cotidiana de su trabajo. Al fin y al cabo, la educación es garante de autonomía y libertad”.
Proyecto sostenible en el tiempo
Cada curso demanda entre ocho y nueve meses de preparación. Al finalizar cada año, se elabora un detallado informe que permite medir el impacto de que habla la directora de la plataforma, y un resumen de las encuestas que se realizan a los participantes. Estas últimas arrojan resultados que valoran las propuestas, y también las necesidades que dan orientación para los futuros planes de capacitación.
“Las mediciones nos dan cuenta de que el éxito está en el proyecto en sí mismo, mucho más allá de las personas y las circunstancias. Lo demuestra la sostenibilidad en el tiempo de este espacio. Hay que reconocer que es una construcción del mismo sector de la mutualidad. La dirigencia también asumió un compromiso y aporta su mirada empírica para el trazado de este camino. El conjunto de las acciones de Aprender en Red abre senderos que se expanden, como instrumentos que ayudan a que cada persona encuentre o robustezca la dignidad a través de la educación y el trabajo”.