En el intento por desentrañar el complejo y trágico escenario que vive la ciudad de Rosario a causa del accionar delictivo de bandas narcos, portales de noticias de circulación nacional se han hecho eco de algunas medidas tomadas por el poder judicial -tanto federal como el santafecino-, que incluyen investigaciones sobre mutuales observadas como vinculadas al financiamiento de grupos delictivos.

Frente a esas publicaciones, el vicepresidente de la Federación de Mutuales de Santa Fe (FEMSAFE), Marcelo Bloch, brindó aclaraciones al respecto ante la consulta de Prensa con Opinión.

El dirigente admitió la existencia de entidades sospechadas, que se presentan como una mutual sólo para ocultar otros fines, pero a la vez resaltó que las dos federaciones de la provincia del Litoral, están en permanente alerta por la situación, si bien, por su naturaleza, no tienen ninguna potestad para controlar irregularidades.

“En Rosario hay muchas mutuales de ‘dueños’, o llamadas también cuevas, que cada tanto aparecen en los medios. El movimiento mutual no tiene la capacidad de fiscalización, es algo que desde las federaciones lo venimos planteando desde hace muchos años. La respuesta termina siendo de índole presupuestaria: hay pocos inspectores para muchas mutuales. Desde el 2014 el Banco Central puso más exigencias al sector y al INAES, por lo que es justo decir que el instituto ha mejorado en el control, pero parece que no alcanza.

“Estamos hablando de una situación que se repite en los últimos veinte años, con la diferencia que lo que antes era un circuito de dinero en negro que venía de la evasión, hoy no se puede saber si viene de la evasión o de las bandas narcos.

“Existen operaciones ilegales que hacen oficinas disfrazadas de mutuales; por ejemplo, el cambio de dólares, es un ilícito. Descubrir esas maniobras, sólo se puede dar con fiscalización física”.

El dirigente santafecino admite que no existen todos los instrumentos legales suficientes para los organismos de contralor, y hay situaciones que los exceden. Para quienes están involucrados en el universo mutualista, sobre todo en las grandes urbes, hay irregularidades que son secreto a voces, que muchas veces que están a la vista, aunque en apariencia todo sea legal.

“Si hay alguien que se dice mutual, capta fondos, hace préstamos y funciona en una oficina a la calle con cartelería como son las que marcan los medios, hay algo está mal”.

Bloch define algunos parámetros que pueden alertar al sector: “El concepto de mutualismo es clave, porque el fundamento es que se junte un grupo de personas para prestarse ayuda mutua. Ese grupo que se constituye en asociados, debe tener una afinidad; si no, se sale del concepto de mutualidad. Debe haber algo que los identifique, que los una: una región, un club, un sindicato, una comunidad barrial, una institución, etcétera. Eso le da calidad de socio activo. Ahora, si para ser socio activo no hay ninguna condición, más que ser mayor de edad y vivir en la localidad, eso ya me hace pensar que podemos estar hablando de otra cosa. No es muy difícil hacer una mutual; los estatutos son válidos, la documentación está completada, y todo en aparente orden”.

Aunque la situación delictiva en Rosario es tan grave que la Justicia puso su mirada en algunas mutuales, el problema inherente al sector, se repite en otras jurisdicciones. El vicepresidente de FEMSAFE, afirma que la dirigencia debe estar muy atenta a lo que sucede en el sector.

“Esto es un problema que nos preocupa y las dos federaciones de Santa Fe son rigurosas ante cualquier situación que genere sospecha, por supuesto con las limitaciones que tenemos por la naturaleza de nuestras instituciones de segundo grado. Por ejemplo, somo muy cuidadosos a la hora de brindar un aval federativo a una entidad.

“Por otro lado, las mutuales somos sujetos obligados, por lo que debemos elevar informes regularmente y observar todas las normas y sugerencias de los organismos intervinientes”.

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