Héctor Guidobaldi, quien hasta mediados de la semana pasada ocupara la presidencia de la Mutual de Empleados Municipales de Río Tercero, dejó su cargo tras veinte años de permanecer al frente de una entidad señera en la provincia de Córdoba.

Ya a principios del mes de julio, cuando se conmemoró el 40° aniversario del sindicato y el vigésimo de la mutual, el dirigente había trazado una semblanza de las instituciones asociativas, preanunciando su retiro.

“El inicio fue cuesta arriba -evoca Guidobaldi-, siempre nos faltaba algo para completar el trámite de inscripción ante el INAES. Resueltos como estábamos a despejar todos los obstáculos, nos fuimos a Buenos Aires para que, en persona, nos expliquen qué debíamos hacer para destrabar la gestión. En pocas horas presentamos los últimos requerimientos, y en siete días más obtuvimos la matrícula.

“Así lo hemos entendimos siempre, con actitud para encontrar soluciones a cada problema que se nos presentase, con humildad, con profunda y sincera vocación de servicio”.

El trabajo conjunto entre gremio, mutual y la fundación educativa, permitieron el diseño de un grupo colaborativo en el cual, cada una de las organizaciones desarrolla su función específica de acuerdo a su naturaleza. Hoy, el pool de la economía solidaria, exhibe como estandartes los servicios del centro médico modelo en Río Tercero, la proveeduría poli rubro y la FURRT, como espacio de contención y promoción educativa para la ciudadanía en su conjunto. Un dato no menor, es que la mutual no tiene la prestación de ayuda económica, lo que da más mérito al crecimiento patrimonial y a la calidad de los servicios brindados.

El dirigente que pasó por las tres instituciones, dice no tener fórmulas extraordinarias para el crecimiento: “Es muy sencillo, se trata de abrazar las causas de la justicia social, la solidaridad, la ayuda mutua, entendiendo que hay que venir para servir, y no para servirse. Ese es el primer gran secreto, y luego rodearse de personas igualmente comprometidas. Por eso, en este momento del retiro, los mayores agradecimientos van hacia las personas que me acompañaron en la gestión. Se pueden tener muchas ideas, pero si no hay quien acompañe, ninguna de esas ideas se transforma en realidad”.

En lo personal, Héctor Guidobaldi reconoce que, aun dejando la presidencia de la mutual, no dejará de estar involucrado con el devenir de las entidades: “Me puse a disposición de la nueva comisión directiva para mantener el nexo con la federación provincial de mutuales y para tratar de profundizar algo que me quedó pendiente, como es la política de género. Por lo pronto, veo con satisfacción que, de los catorce cargos que tiene la nueva conducción, diez son ocupados por mujeres. Y por supuesto estaré atento a la evolución y a las necesidades que la mutual pueda cubrir, porque no tengo dudas que más allá de los asociados, estamos dejando instituciones que ya son emblemáticas entre la ciudadanía de nuestra ciudad y región”.

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